Mar
25
Dic
2018

Homilía Natividad del Señor

El Verbo se hizo carne

Introducción

Hoy escucharemos en el Evangelio: “la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”. Es un modo de decir que Dios se hace compañero de viaje, para ser luz y guía de nuestro camino. En la primera lectura, el profeta Isaías hará el elogio de los mensajeros que anuncian “la buena nueva”. En un mundo lleno de ruido, de furor y de sinsentido, un mundo en el que estamos saturados de noticias que no nos interesan, o de noticias que nos enfurecen, nosotros, los que hoy nos hemos reunido para celebrar esta fiesta de Navidad, somos los mensajeros llamados a anunciar la única noticia interesante y decisiva, a saber, que la Palabra se hizo carne, que se trata de una Palabra de vida, que viene para iluminar a todos los seres humanos y, por tanto para que nuestra vida sea plena y abundante (Jn 10,10). Si acogemos esa Palabra, dirá también el Evangelio, seremos hijos de Dios y, por tanto, hermanos los unos de los otros, como hermanos son los hijos del mismo Padre. Una inmensa dignidad y una gran responsabilidad.