Mar
1
Ene
2019

Homilía Santa María, Madre de Dios

María da vida y vive para Jesús

Introducción

En este día se juntan varias celebraciones: en primer lugar, la solemnidad de Santa María, Madre de Dios; ese es el título más importante de María, por el que ha pasado a la historia y forma parte historia de la Iglesia y de nuestra propia historia personal; en segundo lugar, la primera lectura parece estar pensada también para recordarnos el comienzo del Año Nuevo en el calendario civil; a ello se junta la Jornada mundial de oración por la paz; y, finalmente, en el Evangelio se nos recuerda la circuncisión de Jesús.

La Solemnidad de Santa María, Madre de Dios nos ofrece la oportunidad de ahondar en el misterio de la Natividad del Señor desde la perspectiva de la dio a luz al a Salvador del mundo, de reconocer la verdadera humanidad de Jesús y de adorar con María en el silencio contemplativo el gran misterio del Dios hecho hombre, así como de unirnos a los pastores para dar gloria y alabar a Dios por lo que en la fe estamos contemplando.

Esta celebración fue instituida como «fiesta de segunda clase» en 1932 por el papa Pío XI, y se celebraba el día 11 de octubre (el inicio del concilio Vaticano II se hizo coincidir precisamente con esta fiesta: 11 de octubre de 1962). Anteriormente se celebraba en el rito ambrosiano en el sexto y último domingo de Adviento. En los ritos siriaco y bizantino se celebra el 26 de diciembre, mientras que en rito copto se celebra el 16 de enero. En las Iglesias orientales, aunque existe una gran sensibilidad hacia la maternidad divina de María, sin embargo, no se celebra esta solemnidad.

El papa Pablo VI trasladó esta fiesta, dándole la categoría de «solemnidad», para el 1 de enero, haciendo así más patente el vínculo del Nacimiento de Cristo con la maternidad divina de María.

Anteriormente, desde el siglo IV, el 1 de enero se celebraba la circuncisión del Señor.

En el año 532 la Iglesia decidió comenzar el año con la fiesta del 1 de enero. Pero no todos los países de Europa occidental comenzaban el año civil en esa fecha. En 1564 el rey de Francia Carlos IX impuso esta fecha como comienzo obligatorio del comienzo del año; pero hasta el siglo XVII no se impone esta fecha en toda Europa.

La Jornada mundial de oración por la paz fue instituida por el papa Pablo VI en 1967 para el 1 de enero, y para el 21 de septiembre como estaba establecido por la ONU.