Sáb
31
Mar
2012

Evangelio del día

Quinta semana de Cuaresma

Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene…

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel 37, 21-28

Esto dice el Señor Dios:

«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los hará una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.

No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitan y en los cuales pecaron. Los purificaré; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sis padres: allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.

Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».

Salmo de hoy

Jer 31, 10. 11-12ab. 13 R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla a las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño. R/.

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 45-57

En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».

Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo:
«Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera».

Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos.

Se acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban:
«¿Qué os parece? ¿Vendrá a la fiesta?».

Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Yo seré su Dios”

Ya casi entrado por las puertas de la Semana Santa, vemos como el profeta Ezaquiel nos dice en la lectura de hoy “caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos por obra”. Mirando atrás en todos estos días de cuaresma se nos ha ido invitando a la conversión, a la penitencia y sin duda aquí ya a las puertas de esta nueva Pascua lo encontramos. Hoy se nos habla de restauración y perdón, de la cercanía de Dios con su pueblo amado. Eso es la dulzura que manan de estas palabras, el Dios que a través de siglos ha ido enseñando a su pueblo cual es el camino de la Salvación, el de la Fidelidad, el de la Felicidad, en definitiva el camino de la Unidad de los hombres en su corazón; Camino que es Cristo mismo con el que nos disponemos a ser Uno. A través de este camino, entramos en la gloria misma, que comienza ya aquí. Esa es la tarea de nuestra vida, el compromiso de este día. Luchar contra la división que se arraiga en nuestro corazón, que nos hace rechazar al hermano, las dificultades, en definitiva la Voluntad de Dios. Hoy aceptamos generosamente la lucha sin desanimarnos, contando con la gracia de Dios, pedida en la oración.

  • Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene

Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene. Estas palabras salen de la boca de Caifás, pero ni él mismo sabia no solo de donde procedían, sino cual eran su significado profundo y real. Al hacer la lectura de este Evangelio, nuestro corazón queda sobrecogido, ya que deciden matar a Jesús únicamente por hacer el bien, por liberar , curar a los ciegos, por hacer andar a los tullidos, hacer hablar a los mudos, liberar el corazón de los hombres del peso del pecado y de la condena. Se nos muestra la ceguera total de los los jefes, respecto a Jesús y a Dios . Ya no se le acusa de blasfemia ni de irregularidad, sino que el individuo debe ser sacrificado “por ”el bien común. Sin ningún tipo de dudas la misión de Jesús consiste en congregara los hijos dispersos y formar un solo pueblo, en la unidad del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo. Esto solo acontece porque él da la vida “por” los hombres. Y aunque en la historia se pueda leer que el sanedrín decide la muerte de Jesús, la realidad (y así lo realza el evangelista Juan), es que el Padre está llevando a cabo su designio de Salvación gracias a la adhesión filial de Cristo-Jesús.