Lun
25
Ene
2010
Id al mundo entero y proclamad el evangelio

Primera lectura

Lectura de los Hechos de los apóstoles 22, 3-16

«Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad; me formé a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto celo como vosotros mostráis hoy. Yo perseguí a muerte este Camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguar en favor mío el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y me puse en camino con el propósito de traerme encadenados a Jerusalén a los que encontrase allí, para que los castigaran.

Pero yendo de camino, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor; caí por tierra y oí una voz que me decía:
“Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?

Yo pregunté:
“¿Quién eres, Señor?”.

Y me dijo:
“Yo soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues”.
Mis compañeros vieron el resplandor, pero no oyeron la voz que me hablaba.

Yo pregunté:
¿Qué debo hacer, Señor?

El Señor me respondió:
“Levántate, continúa el camino hasta Damasco, y allí te dirán todo lo que está determinado que hagas”.
Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.

Un cierto Ananías, hombre piadoso según la ley, recomendado por el testimonio de todos los judíos residentes en la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:
“Saúl, hermano, recobra la vista”.
Inmediatamente recobré la vista y lo vi.

Él me dijo:
“El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Ahora, ¿qué te detiene? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre”».

Salmo de hoy

Salmo 116, 1. 2 R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos. R/.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Reflexión del Evangelio de hoy

“Id al mundo entero y proclamad el evangelio”

La Iglesia en el año pasado ha tenido especialmente presente la figura de san Pablo. Es necesario resaltar la personalidad de quien nos ofrece día a día enseñanza tras enseñanza. Pablo es un converso. Un converso en las ideas, no en el temperamento, en el modo de ser. Con ardor combatió a los cristianos, con el mismo ardor proclamaá, siguiendo el mandato de Jesús, el evangelio por todo mundo entonces “conocido”.

Pero Pablo no es converso sólo a nuevas ideas. Es converso hacia una actitud polarmente distinta ante Jesús, ante su persona: de ser Jesús “a quien tú persigues” a “no ser yo es Cristo quien vive en mí”, como él dira. Sin ese entusiasmo por la figura de Jesús no entenderíamos a Pablo, aunque conociéramos sus escritos. El relato de la conversión puede inducir a que el cambio se produjo en un momento y para siempre. Se olvida que el mismo Pablo en la carta a los Gálatas nos dice que, tras el episodio del camino de Damasco y algunos días en esa ciudad, pasó tres años en Arabia antes de ir a Jerusalén y comenzar oficialmente su misión. La iluminación que recibió en el primer momento fue el inicio de un proceso de reflexión y oración, que le llevarían al compromiso total con el Jesús que había perseguido.

Sin duda que fue ilustrado detenidamente en el mandato del Maestro de ir al mundo entero a proclamar el evangelio. Él será quien dé ese impulso universal –al mundo entero- a la proclamación del evangelio. Será el Apóstol de los Gentiles. Él, judío confeso y confesante, proclamará la salvación al margen de la condición judía, también a los gentiles. Al terminar la Semana de la Unión de las Iglesias bien está que todos los que confesamos a Jesús, como Señor y Salvador tengamos el espíritu amplio de Pablo y no nos cerremos en nuestras iglesias, convirtiéndolas en sectas. Para tener esa amplitud de miras necesitamos tener el entusiasmo por el único Señor, que tuvo Pablo. Entusiasmo reflexivo, y orado es el que puede conseguir unidad entre las iglesias que se consideren cristianas.

Fray Juan José de León Lastra O.P.

Fray Juan José de León Lastra O.P.
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

Soy un sacerdote dominico nacido en Quirós, Asturias. Después de mi paso por la escuela apostólica de Corias continué el proceso de formación institucional hasta el año 1960. Durante veintiocho años he estado dedicado a la enseñanza media en colegios de la Orden. Fui elegido prior provincial de la provincia de España y luego asistente del Maestro de la Orden para España, Portugal e Italia. Después he sido profesor de Antropología, Hecho religioso y Teología espiritual en Santo Domingo (Rep. dominicana) y profesor en las Escuelas de Teología de San Esteban, y Fray Bartolomé de las Casas de Madrid-Atocha. Ahora soy profesor en la Escuela de Teología por Internet, ETI. Amo la montaña y disfruto con la lectura de escritores consagrados.

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