La Familia Dominicana consta también de las Fraternidades Sacerdotales de Santo Domingo. En ella, sacerdotes seculares, plenamente integrados en el presbiterio de su diócesis y dependientes de su obispo, viven su vocación inspirados en el ejemplo de Santo Domingo, prometiendo una regla de vida e integrándose en una fraternidad como marco de ayuda recíproca y en comunión con todas las demás ramas de la Orden
La historia de esta rama de la Orden de Predicadores es, a la vez, antigua y nueva. Desde el principio, tanto sacerdotes como laicos se integraron juntos en lo que se llamó posteriormente la Tercera Orden Dominicana. Con la renovación de estatutos promovida por el Concilio Vaticano II, la Santa Sede pidió a la Orden la separación entre la Fraternidad Laical y la Fraternidad Sacerdotal para resaltar más la vocación específica de cada una dentro de la unidad de la Familia Dominicana. De este modo, fueron aprobados sus primeros estatutos propios en 1971 ad experimentum y definitivamente en 1996.
Miembros de la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo a través de los siglos han sido:
Papas como Benedicto XV y Pio XII
Cardenales como Giacomo Lercaro, el gran padre del Vaticano II
Obispos como el famoso publicista norteamericano Mons. Fulton John Sheen (1895-1980)
Teólogos como el medievalista alemán Martín Grabmann (1875-1949).
Fundadores de institutos religiosos como:
Jean Jacques Olier (1608-1657), fundador de la Compañía Sacerdotal de San Sulpicio.
San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716), fundador de los Misioneros del Espíritu Santo y de las Hijas de la Sabiduría.
San Arnaldo Janssen (1837-1909), alemán, fundador de la Sociedad del Verbo Divino, de las Siervas del Espíritu Santo y de las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua.
Beato Santiago Alberione (1884-1971), fundador de la Familia Paulina, el cual dejó escrito en su Testamento: “Agradezco todos los bienes recibidos… me hizo un gran bien pertenecer a la Tercera Orden Dominicana”.
Cada rama de la Familia Dominicana enriquece a las demás una acentuación específica del carisma común y una sensibilización propia según su campo de misión. Las Fraternidades Sacerdotales aportan una conciencia viva de la Iglesia local y sus necesidades, la riqueza del contacto apostólico directo (a través de sus parroquias u otras formas de pastora diocesana), las urgencias concretas, las experiencias de su pastoral. A la vez, participan de la contemplación, el estudio, el apostolado y la visión de la Iglesia universal de las otras ramas. De este modo, la “Santa Predicación”, centro del carisma dominicano, se nutre por la vida, la palabra y la comunión entre entre monjas, frailes, religiosas de vida apostólica, sacerdotes seculares, laicos, institutos seculares dominicanos y M.J.D, según el modo evangélico al que fue llamado santo Domingo.
Esta rama está conociendo una nueva revitalización. Un reciente congreso mundial ha tenido lugar en Roma del 22 al 27 de enero de 2016 con el fin de estudiar las propuestas sobre los estatutos para ser presentados al próximo Capítulo General de Bolonia.
En España una fraternidad con sacerdotes seculares de toda la geografía peninsular e insular ha dado sus primeros pasos. Para obtener una mayor información pueden dirigirse a:
Fr. Juan Carlos Cordero de la Hera O.P.
Promotor de la Provincia de Hispania de la Fraternidad Sacerdotal
Convento de Nuestra Señora de Atocha
C/ Julián Gayarre 1; 28014; Madrid
Correo electrónico:
Fr. Julio Saavedra Alonso O.P.
Promotor del Vicariato de Nuestra Señora del Rosario de Familia Dominicana y Fraternidades.
Casa de San Juan Macias
c/ Ana Mariscal 2 10004; Cáceres
Más información en su blog: Fraternidades Sacerdotales Santo Domingo