Dom
3
May
2009

Homilía Cuarto Domingo de Pascua

Año litúrgico 2008 - 2009 - (Ciclo B)

Yo soy el buen pastor.

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Siempre en nombre de Jesucristo

La primera lectura nos da una llamada de atención: la humildad.

Lo normal, según la psicología humana, es que cuando hacemos algo y quedamos satisfechos de nosotros mismos, a continuación surja un pavoneo, es decir, la actitud de mostrar a todo el mundo lo brillante de nuestra obra, lo bien que lo hemos hecho.

Quizás haya una lectura de nuestras obras un poco menos brillante: se pavonea no con el objetivo de lucirse delante del público, sino con el objetivo de compartir con otros dicha experiencia.

Pero, la primera lectura nos ofrece una tercera lectura a las obras humanas. Son las preciosas palabras que pronuncian los labios de Pedro. Una auténtica predicación. Esta lectura es la lectura cristológica. Es decir, no he sido yo quien ha actuado, sino Cristo. Esta es la actitud verdaderamente brillante ante los ojos de Dios. Las anteriores actitudes desencadenan justamente el proceso contrario: cuanto más pavoneo, más oscura queda la obra y más patente queda la soberbia del que la he hecho.

La lectura cristológica de las obras hace brillar el nombre de Jesucristo y no el nombre propio. Hace brillar la potencia, la fuerza de la Palabra de Dios que es capaz de mover los corazones de las personas a hacer obras excepcionales. Así fue la vida de Jesús: en continua referencia al Padre, a Dios.

Y la clave para poder hacer esta lectura cristológica de las obras humanas se encuentra al principio de la primera lectura. Pedro pudo proferir semejante predicación, semejantes palabras de Dios, porque estaba lleno del Espíritu Santo.

Hermanos y hermanas, antes de predicar, pidamos la fuerza del Espíritu Santo para que nuestra palabra se convierta en palabra de Dios que mueva los corazones de las personas a Dios.

  • ¿Qué persiguen nuestras obras?

Un solo cosa: ser felices. Actuamos para ser felices. Buscamos para ser felices. La felicidad es lo que nuestro corazón desea.

Lo único que pasa es que nadie nos enseña a buscar y andamos probando todo tipo de recetas magistrales. Basta ir a cualquier librería y ver la cantidad de libros que hay referidos a este tema. Ahora bien, nosotros tenemos una fórmula, que la Palabra de Dios nos lo repite hasta la saciedad, de la felicidad: ama a Dios y al prójimo gratuitamente.

Lo que pasa es que ardua tarea. Siempre andamos mendigando amor, traficando con amor…, pero sabemos y tenemos una leve experiencia de la gratuidad, de la Gracia. Cuando hemos amado sin traficar, hemos gustado en los centros de nuestra existencia la felicidad.

Pues bien, la segunda lectura nos abre una ventana. Hay un momento en que dejaremos de traficar con amor y de sufrir por ello. Hay un momento donde todo será gratuito, todo será Gracia, que es: cuando veamos el rostro de Dios. En ese momento seremos plenos, felices, amados.

Mientras tanto, sólo podemos comer los entrantes de semejante banquete que nos espera. Aunque aquí podemos ya vivir algo de que lo somos y de lo que seremos: felices, Hijos de Dios.

  • “Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para poder recuperarla”

El Buen Pastor es el que da todo por sus ovejas sin regateo. El Buen Pastor es el que busca la felicidad de los otros, el bien de los otros.

Todos tenemos la experiencia de que cuando los otros son felices, yo soy feliz. Cuando somos rostros de Dios para los otros, los otros son rostros de Dios para mi.

Este es el Buen Pastor el que da gratuitamente, sin esperar que se le devuelva.

  • Jornada Mundial de las vocaciones.

Al orar hoy por las vocaciones, especialmente sacerdotales y a la vida consagrada, estamos orando por nosotros mismos y por toda la Iglesia, pidiéndole al Señor que nos regale testimonios vivos de lo que significa oír su voz y seguirlo y recibir de él vida eterna, felicidad que nos llena de alegría y nos abre a la alabanza y la gratitud.

  • En América también es hoy el día de la madre.

La madres son buenos ejemplos, testimonios, del mensaje evangélico de hoy: dan porque sí, por amor, sin nada a cambio. Y lo único que buscan es la felicidad de sus hij@s. ¡Cuantas veces nuestras madres nos dicen o nos dijeron: si eso te va a hacer feliz, adelante, yo estoy contigo!