Mar
1
Ene
2013

Homilía Santa María, Madre de Dios

María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón

Introducción

Como primera lectura, la liturgia nos invita a meditar la fórmula empleada por los antiguos israelitas para bendecir a los suyos. María es hija del Pueblo de Israel y sobre ella recayó físicamente esta bendición cuando, por obra del Espíritu Santo, concibió al Hijo de Dios.

El Salmo sigue este mismo tema. En él resuenan ciertos elementos que nos recuerdan un poco el canto del Magníficat, de tal forma que, orado dentro de esta Solemnidad, nos mueve a imaginar que está dirigido, en cierto modo, a la Virgen María.
En la segunda lectura, san Pablo toma la palabra para decirnos que nuestro Salvador nació de una mujer para rescatarnos de la Ley y hacernos hijos y herederos de Dios Padre.

Y en la lectura del Evangelio escuchamos la segunda mitad del pasaje del nacimiento del Salvador en la que se nos narra, primero, cómo vivieron los pastores dicho acontecimiento y, después, el rito de la circuncisión del Señor, en el que se le pone por nombre «Jesús».