Lun
24
Ago
2009
Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera te vi

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 21, 9b-14

El ángel me habló diciendo:
«Mira, te mostraré la novia, la esposa del Cordero».
Y me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel.
Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Salmo de hoy

Salmo 144, 10-11. 12-13ab. 17-18 R/. Tus santos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.

Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
-«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Reflexión del Evangelio de hoy

El texto del Apocalipsis manifiesta lo que eran ya para los primeros cristianos los apóstoles elegidos por Jesús, el fundamento de  la Iglesia. Jesús lo había dicho de Pedro, “sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Las comunidades cristianas, al menos en la tradición joánica, entendían que la Iglesia estaba edificada sobre los doce. La Iglesia  la ve Juan como la nueva Jerusalén, y como  la novia del Cordero. Son expresiones peculiares de la tradición joánica. Juan es el que pone en boca del otro Juan, el Bautista la expresión “he ahí el cordero de Dios”, referido a Jesús de Nazaret. En la mentalidad de los primeros cristianos, sobre todo una vez conocida la destrucción de Jerusalén, está que la Iglesia, no un templo concreto, sino el conjunto de los fieles convocado en torno a Cristo y fundamentada en la tradición apostólica, era la nueva Jerusalén, la ciudad santa, la amada por Dios. Así hemos de considerar a nuestra iglesia, a pesar de que ni su historia ni su presente esté desprovista de los pecados de sus fieles y de las injusticias que se han hecho en su nombre.

Tampoco los apóstoles fueron perfectos como aparece claramente en los textos evangélicos. Bartolomé, Natanael para Juan, recibe un elogio de Jesús. Él hace una confesión de fe en él; pero luego será uno más de los apóstoles que abandonen a Jesús. El Espíritu Santo suplirá su cobardía e infidelidad al Maestro, realizará la misión de predicar y bautizar, que el Maestro les encargó;  y la tradición nos dice que murió mártir de la causa de Jesús, despellejado.