Mié
24
Ago
2016
Ahí tenéis a un israelita de verdad

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 21, 9b-14

El ángel me habló diciendo:
«Mira, te mostraré la novia, la esposa del Cordero».
Y me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel.
Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

Salmo de hoy

Salmo 144, 10-11. 12-13ab. 17-18 R/. Tus santos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.

Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
-«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Escepticismo. Encuentro. Reconocimiento. Confesión

El primer hecho sobresaliente en la vida de Natanael –en adelante, Bartolomé- fue su amistad con Felipe, gracias a la cual contactó con Jesús; y, más en concreto, Jesús con él. Jesús siempre dio mucha importancia a la amistad. Recordemos cuando les dijo a sus discípulos: “Ya no os llamo siervos; os llamo amigos” (Jn 15,15). Amigos de su Padre Dios, de Jesús, y amigos entre sí. Pero, posiblemente por rivalidad entre aldeas cercanas, Bartolomé duda de que de Nazaret pueda surgir algo tan importante como un Profeta. Transparente y auténtico, Bartolomé así lo manifiesta, aunque prevalece la amistad y accede a ver a Jesús.

Este tiene hacia Bartolomé el mejor de los elogios, al que contesta este con el reconocimiento de la personalidad de Jesús, aunque todavía “en pañales”, porque estamos en los comienzos. Recalco la importancia del encuentro en todo el Evangelio entre Jesús y distintas y muy distantes personas: Samaritana, Magdalena, Nicodemo, Zaqueo, Sirofenicia, Lázaro, Marta y María en Betania y un sinfín de personas que culminan con el Buen Ladrón en la cruz. Del encuentro, surge el reconocimiento y la confesión de la identidad de Jesús para Bartolomé.

  •  Ahí tenéis a un israelita de verdad

Este es el elogio de Jesús a la persona y personalidad de Bartolomé. Parecida, de alguna forma, a cuando alabó la fe de algunos de los beneficiados por sus milagros de curación. Jesús pone de modelo a Bartolomé por ser auténtico, veraz, honrado, una persona cabal. Lo cual no significa que no fuera, como humano, vulnerable. Se equivocó juzgando a Jesús sólo por “nazareno”, y por honradez, reacciona, y pide disculpas con el reconocimiento expreso de lo que piensa de Jesús. Bartolomé es una de esas personas que a todos nos gustaría tener por compañero de trabajo y de peregrinación en la vida. Se puede uno fiar de él.

Pero, lo más grande fue que logró que Jesús se fiara de él y que apostara por él. Así le vemos cada vez más incardinado al grupo de los discípulos hasta el final. Después de la Ascensión, su vida se diluye bastante en la leyenda y en los escritos apócrifos. Lo fundamental es que murió mártir y que fue muy venerado en la Iglesia primitiva y en algún pueblo donde, al menos hasta hace bien poco, se cantaba en el rosario de la aurora, el día 24 de agosto, la siguiente copla en honor de San Bartolomé:

“No hay ningún santo en el cielo
que tenga la honra de Bartolomé,
porque tiene el cuchillo en la mano,
el pellejo al hombro y el diablo a los pies.
Y habéis de saber
que este Santo fue martirizado
porque predicaba nuestra santa fe”.

Fray Hermelindo Fernández Rodríguez

Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
(1938-2018)