Vie
10
Abr
2020

Homilía Viernes Santo

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Inclinando la cabeza, entregó el espíritu

Introducción

Avanzando por el Triduo pascual llegamos a la celebración del viernes santo. Se trata de una fecha única y especial. La liturgia de este día hace memoria de la muerte de Jesús. Para ello, primero proclama su Pasión. Después pide a la comunidad creyente dos actitudes consecuentes con ese relato: una oración universal, católica, por toda la humanidad y la adoración del leño de la Cruz donde fue clavado y murió. Luego, como no podía ser de otro modo y a pesar de que hoy no hay eucaristía, todo se resuelve en la comunión con el cuerpo de Cristo reservado ayer en la actualización de la Cena de despedida del Señor.

Así pues, hermanas y hermanos, la Cruz ocupa el centro de la escena en este día. Y no solo porque toca representar en esta fecha el final trágico de Cristo, sino, sobre todo, porque la Cruz tiene la virtud de sintetizar su vida entera y abrirnos al misterio de la fe. Curiosamente, sucede lo mismo con la última Cena. Esta también posee el don de expresar el todo desde la parte en relación con el Nazareno. En consecuencia, camino de Jesús, Cena y Calvario son misterios congruentes y convergentes.

La fe tiene sus coherencias y la liturgia nos permite saborearlas poco a poco haciendo de ellas una hermosa memoria simbólico-performativa. Por un lado, el banquete de despedida resume simbólicamente la trayectoria de Jesús al servicio del Reino de Dios y, al mismo tiempo, en lo símbolos, anticipa la entrega definitiva del Nazareno en el Calvario. Por otro, lo que era resumen y anticipación simbólica en la Cena, en la Cruz se hace realidad dramática o, sencillamente, se cumple plenamente. A causa de este valor compendiador, con toda justicia, la Cruz se ha convertido en la señal distintiva del cristiano.

Y de eso se trata, de que hagamos justicia a la Cruz y redescubramos el sentido que nos ofrece.

En este viernes santo no podemos ser ajenos a la situación que vive la humanidad a causa de la pandemia provocada por el coronavirus. Sin duda es una forma “especial” de acercarnos al misterio de la muerte del Señor y que nos puede dar algunas luces para actualizar su significado.