Jue
26
Mar
2009

Evangelio del día

Cuarta Semana de Cuaresma

Hay otro que da testimonio de mí

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo 32, 7-14

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés:
«Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».

Y el Señor añadió a Moisés:
«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».

Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios:
«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por qué han de decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”».

Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Salmo de hoy

Salmo 105, 19-20. 21-22. 23 R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R/.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en la tierra de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R/.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.

Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.

Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.

Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.

Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.

Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.

¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • La fidelidad del Señor es eterna

Resulta triste y curiosa la escena: Mientras Dios, en la cima del monte  está sellando la Alianza con el pueblo, por medio de Moisés, el pueblo, en la hondonada, fabrica un ídolo al que reconoce como su Dios y al que le atribuye el don de su libertad.
¡Dios soñando en la felicidad del ser humano y el ser humano olvidándose de Dios!  La fidelidad de Dios es eterna y la debilidad, la flaqueza y el incumplimiento de las promesas por parte de la humanidad están presentes a lo largo de toda la historia de la Salvación.
Hoy también, Dios sigue fiel a su proyecto salvador y los hombres y mujeres de nuestro tiempo, seguimos fabricándonos ídolos.
¡Qué difícil resulta mantener la fe en Dios en un mundo que es especialista en relacionarse con ídolos!
La mediación de Moisés  hace que Dios siga pactando y confiando en el pueblo.
La lectura del Éxodo nos invita hoy, a analizar, a aprender de la historia y a descubrir cuáles son nuestros ídolos y cuál es la “felicidad” que nos proporcionan.

  • ¿Dónde está la Vida?

Jesús, con su modo de hablar y de vivir, ha demostrado que buscar el bien y la felicidad del ser humano es el criterio que le mueve a actuar. Sus adversarios, por el contrario, anteponen la ley a cualquier otro objetivo.
El dilema que se presenta es éste : Jesús o la ley. Absolutizan la ley, que no es más que el anuncio y la promesa de la realidad que se cumple en Jesús. No se dan cuenta de que la ley culmina y adquiere pleno significado en la actividad liberadora de Jesús.
Dios da testimonio a favor de Jesús a través de las obras que éste realiza. Dios es el que da la vida y las obras de Jesús, que pasó haciendo el bien, comunican vida y le acreditan como enviado del Padre.
Quien no conoce el amor a los seres humanos  no puede adherirse a Jesús. Si Él actúa a favor del hombre, sus seguidores primaremos también el bien de los hermanos.
¿Cómo se compagina nuestro estar en el mundo como seguidores de Jesús con la situación dramática de nuestro mundo?