Lun
22
Jul
2013
Anda, vete a mis hermanos….

Primera lectura

Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3, 1-4b

Esto dice la esposa:
«En mi lecho, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo buscaba y no lo encontraba.

“Me levantaré y rondaré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al amor de mi alma”.

Lo busqué y no lo encontré.

Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad:

“¿Habéis visto al amor de mi alma?”

En cuanto los hube pasado, encontré al amor de mi alma».

Salmo de hoy

Salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
Mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-2. 11-18

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.

Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».

Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».

Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».

Jesús le dice:
«¡María!».

Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».

Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».

María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Por qué sigues clamando a mi”


Moisés sale de Egipto guiando a su pueblo hacia la tierra prometida, los israelitas salieron gozosos hacia la libertad; pronto surgieron los problemas y el pueblo protestó contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos has sacado de Egipto?

Dios, que no quiere la esclavitud de su pueblo, llama a Moisés para que lo conduzca a la tierra prometida. Cuando el pueblo reclama por qué les ha sacado de Egipto, Moisés se refugia en la oración, pide ayuda a Dios, que le responde: ¿Por qué sigues clamando a mí?, di a los israelitas que se pongan en marcha y tú alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto”. Dios, que está siempre a nuestro lado, quiere que nosotros actuemos, que no nos durmamos, esperando que Él lo haga todo, sin hacer nosotros nada. San Agustín nos enseña: “reza como si todo dependiera de Dios, pero trabaja como si todo dependiera de ti”, es lo mismo que decimos en nuestro refrán: “A Dios rogando y con el mazo dando”.

Dios, que ha puesto el mundo en nuestras manos, requiere nuestro esfuerzo y trabajo para mejorarlo, a la vez que oramos y nos encomendamos a Él. Trabajemos con interés para mejorarlo todo.

  • María fue y anunció a los discípulos: “He visto al Señor y me ha dicho esto”

Santa María Magdalena, cuya fiesta celebramos, buscó a Jesús y lo encontró. Lo buscaba muerto y lo halló vivo, resucitado; no lo encontró como lo buscaba, por eso, en el primer momento, no lo reconoció; sólo cuando Jesús la llama por su nombre, lo conoce y va hacia Él, pero, Jesús, le da una orden: “Anda, vete a mis hermanos…”. María fue y anunció a los discípulos lo que había visto: a ¡Cristo vivo, resucitado¡

Jesús quiere que vayamos en su busca para, después, enviarnos a comunicar al mundo la Buena Noticia de su resurrección, a fin de que todos nos alegremos con su triunfo y esperemos gozosos nuestra resurrección con Él.

Hoy, que a veces es tan discutido el papel de la mujer en la Iglesia, tenemos un ejemplo vivo en Cristo: Jesús envía a una mujer a anunciar a sus discípulos el mayor acontecimiento de la Historia de la humanidad: “El triunfo de Cristo sobre la muerte, su resurrección”.

La Orden dominicana, cuyo carisma especial es la predicación, lo ha comprendido así y tiene por patrona especial a María Magdalena, modelo de predicadores. El encuentro con Cristo le llevó a anunciar; todo buen dominico, debe anunciar al mundo, lo contemplado en la oración y el estudio.