La nube del Señor se posaba sobre el santuario

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo 40,16-21.34-38:

En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado.

El día uno del mes primero del segundo año fue erigida la Morada. Moisés erigió la Morada, colocó las basas, puso los tablones con sus travesaños y plantó las columnas; montó la tienda sobre la Morada y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había manado a Moisés.

Luego colocó el Testimonio en el Arca, sujetó los varales al Arca y puso el propiciatorio encima del Arca. Después trasladó el Arca de la Morada, puso el velo de separación para cubrir el Arca del Testimonio; como el Señor había mandado a Moisés.

Entonces la nube cubrió la Tienda del Encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada.

Moisés no pudo entrar en la Tienda del Encuentro, porque la nube moraba sobre ella y la gloria del Señor llenaba la Morada.

Cuando la nube se alzaba de la Morada, los hijos de Israel levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, ellos esperaban hasta que se alzase.

De día la nube del Señor se posaba sobre la Morada, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.

Salmo de hoy

Salmo 83,3.4.5-6a.8a.11 R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!

Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza.
Caminan de baluarte en baluarte. R.

Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,47-53

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno de fuego. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Habéis entendido todo esto?»

Ellos le responden:
«Sí».

Él les dijo:
«Pues bien, un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

Reflexión del Evangelio de hoy

  • La nube del Señor se posaba sobre el santuario

Con las reales posibilidades que el momento del pueblo permite (está en camino hacia la tierra de la promesa), tratan de darle a Yahvé los honores merecidos; y Moisés se esfuerza en hacer visible la presencia del Dios liberador en medio de su pueblo, en este juego tan humano de visión y misterio, presencia y ocultamiento de lo que tiene que ver con lo que supera lo histórico del pueblo caminante. El recurso de la nube (presencia y descanso, por una parte, ausencia y orden de reanudar el camino, por otra) no es sino una figura que por ingenua no menos expresiva del acompañamiento constante que Dios hace con el devenir histórico del pueblo escogido. Porque no es el talento de Moisés, ni la supuesta disciplina del pueblo caminante, quienes dieron a los israelitas el preciado regalo de la libertad, sino Yahvé, quien sensible al dolor que en esclavitud sufren sus hijos, se pone al frente del mismo para conjugar con los liberados, tramo a tramo del desierto, el verbo de la predilección.

  • Un letrado que sabe del Reino es como un padre de familia que saca del arca lo nuevo y lo antiguo

La red, una humilde red, y el servicio que presta en la faena de la pesca nos dice con sobrada elocuencia que la acogida del Reino de Dios marca toda nuestra existencia, aunque solo sea que no deja al albur humano la declaración de justos e injustos, que esto compete al juez divino. El que sigue a Jesús de Nazaret debe amasar constantemente su inteligencia y corazón para, desde su inalienable libertad, decidir el acoger siempre la voluntad de Dios. El evangelio nos dice siempre que Dios es Padre, y que su voluntad se orienta siempre en nuestro favor, hijos de tan singular padre. Y Jesús nos ofrece como modelo a un maestro de la ley, ganado para el Reino, que logra integrar con sapiencia las antiguas promesas bíblicas con la novedad manifestada en el Mesías Jesús; o lo que es lo mismo, no devaluando los grandes valores de la relación de Dios con su pueblo, se manifiesta ahora receptivo a los caminos del Padre Dios que indica el mejor caminante de los mismos, el que pasó por nuestra tierra haciendo el bien, Cristo Jesús.

Con el estilo de vida que marcan el amor y la misericordia san Alfonso María de Ligorio aprendió la sabiduría del Reino que habla siempre de esperanza y superación y apunta a lo más positivo de la existencia: vivir al modo de Cristo.

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)