Dom
4
Ago
2019

Homilía XVIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)

Guardaos de toda clase de codicia

Introducción

 

En este domingo XVIII del tiempo ordinario la Liturgia nos propone un tema siempre actual. Es una especie de advertencia para saber manejar, como creyentes y seguidores de Jesús, los bienes materiales, el dinero en concreto, cuyo uso fácilmente acaba haciéndonos caer en la codicia.  

Estamos en tiempo de vacaciones en el que buscamos el merecido descanso del trabajo ordinario, también es un tiempo que invita a la reflexión al silencio interior, puede ser además un momento propicio para revisar nuestra vida cristiana, para hacer propósitos y planes nuevos. Las tres lecturas de hoy, desde distintos ángulos, nos dan pautas para revisar nuestras conductas ante los bienes materiales y valorar los bienes eternos...

El Evangelio nos habla de la codicia a través de la parábola del rico-necio quien a la vez que llenó sus graneros con una gran cosecha pensó que su vida estaba ya resuelta. Es tachado de necio porque en realidad la vida no está asegurada para nadie, está siempre en el aire, y esa misma noche le van a pedir el alma. ¿Para qué le sirven  sus riquezas entonces? El relato termina recordándonos que será necio todo aquel que atesora para sí y no es rico ante Dios.

Es la segunda  lectura la que nos señala el camino correcto para no caer en la codicia. San Pablo, que está viviendo la experiencia de  Cristo resucitado, en las carta a  los Colosenses les exhorta  diciéndoles: “buscad los bienes de allá arriba donde Cristo está sentado a la derecha de Dios: aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.” Es la única forma de relativizar el uso del dinero.