Dom
21
Abr
2013

Homilía IV Domingo de Pascua

Año litúrgico 2012 - 2013 - (Ciclo C)

Conocen mi voz y yo las conozco

Introducción

No siempre mostramos una apertura de mente y corazón hacia lo nuevo que nace. También rechazamos la luz que se nos brinda de Dios, de los hermanos, de la palabra, del consuelo. No permitimos que se nos ayude. Cerramos puertas a Dios, a la humanidad, y optamos por cerrar los ojos a la vida que nace y se nos ofrece como oportunidad de salvación.

Pero siempre hay destinatarios e interlocutores válidos, donde la Palabra de Dios se recibe con alegría. Aunque no sean de nuestra raza, cultura, generación, pueblo o nación. Aquellos, para quienes Dios no se ha vuelto una costumbre inamovible.
La experiencia de los que lavaron su túnica en la sangre del Cordero, serán calmados en su llanto, enjugados en sus lágrimas por el Cristo Resucitado. Por la fe vivida, por la vida entregada, por los miedos superados. Aquellos que no guardaron su vida por la fe.

Aquellos conocieron y amaron la vida con coraje, reconocieron una verdad, y fueron reconocidos por el Hijo, ante el Padre. Un reconocimiento mutuo de Dios y su semejanza. Han procurado conocer su voz, su palabra, su camino, su verdad. Identificar su propia persona con todo lo que Jesús, el Hijo, nos ofreció con su vida. Han procurado seguirte y reconocer el lugar donde habitas. Se han ofrecido para que pueda Dios acampar, cultivar y cuidar su campo sagrado, para que el ser, la existencia, la historia personal, el camino, sean un lugar posible donde Dios pueda habitar.