Evangelio del día
Vigésimo novena semana del Tiempo Ordinario - Año Impar

Del día 16 al 22 de Octubre de 2011

Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Introducción a la semana

Continúa Pablo hablándonos de la “justificación” o fuerza salvadora de Dios. Para encarecer la eficacia universal de esa iniciativa divina, establece una comparación entre la solidaridad que tenemos con Adán –que introdujo el pecado en la historia humana- y la que tenemos con Cristo –que vino a redimir esa historia de manera sobreabundante-. Si todos procedemos de un primer pecador, todos somos también beneficiarios, y en mucho mayor medida, del único Salvador que nos reconcilia con Dios por su gracia. Pero este beneficio reclama nuestra colaboración: poniéndonos enteramente al servicio de esa gracia, haciéndonos “esclavos” de Dios para poder ser también enteramente libres. Y, como hay en nosotros una fuerte tendencia a obrar en contra de nuestras convicciones –por influjo de lo que Pablo llama “la carne” (= nuestras inclinaciones desordenadas)-, esa meta sólo la alcanzaremos con la ayuda del Espíritu, abiertos a él.

El Evangelio, a su vez, nos pone en guardia contra varios peligros: el apego a las riquezas de este mundo, el descuido de nuestras responsabilidades ante Dios con el pretexto de que “siempre hay tiempo para cambiar”, la ingenuidad de los que piensan que para un cristiano nunca habrá conflictos con las personas más cercanas, la torpeza para interpretar los signos de Dios en cada etapa de nuestra vida, la propensión a creer que, si nos va bien, no tenemos nada que corregir.

San Ignacio de Antioquía es uno de los llamados Padres “Apostólicos”, es decir, aquellos que fueron, en parte, contemporáneos de los Apóstoles de Jesús, y que quizá incluso conocieron a alguno de ellos. Lo descubrimos gracias a sus cartas, camino del martirio; escritos de una intensidad espiritual extraordinaria (la que dirigió a los Romanos es una cumbre mística), en los que se une la preocupación por la unidad de la Iglesia con el anhelo vehemente de dar la vida por Cristo para ser definitivamente cristiano.- San Lucas fue compañero de san Pablo, además de autor del tercer evangelio y del libro de los Hechos de los Apóstoles: en uno subraya la actitud de Jesús con los pobres; en el otro, la presencia decisiva del Espíritu en la Iglesia naciente.

Fray Emilio García Álvarez O.P.

Fray Emilio García Álvarez O.P.
Convento de Santo Tomás de Aquino (Sevilla)

Días de la semana