Dom
23
Oct
2011

Homilía XXX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

Amarás al projimo como a ti mismo

Introducción

1.- La situación de la persona en el mundo

a.- El amor mueve y define a las personas. Somos aquello que amamos, y obramos en torno a esos mismos amores. De distintas maneras se crean los ídolos, en torno a los cuales gira nuestra sociedad: Aparecen nuevos ídolos, que arrastran a la multitud, y no solo ya desde el campo religioso cuanto en el material: consumismo, hedonismo, superficialidad, culto al cuerpo o relativismo con plena autonomía.

Para encontrar sentido a la vida es preciso amar, arriesgar, y preguntarnos: ¿qué amamos? ¿a quien amamos? Amar al prójimo es ofrecerle lo que necesita, que en primer término es conocer a Dios para vivir en plenitud su existencia, sentirse amado por Él y poder amarlo.

b.- Necesidad de la fe. La gran misión del creyente será desear que Cristo sea conocido y amado, descubriendo que nos revela a Dios como Padre que nos ama y anima a vivir en el amor, con toda la humanidad. El amor que Jesús propone procede de Dios y a él revierte. Exige descubrir en la otra persona una criatura nueva, dotada de bienes dignos de ser amados tanto por su origen como por el destino trascendente. La imagen de Dios Padre descubierta en el prójimo ha de latir en el proceso de acercamiento y acogida en las relaciones afectivas, que Jesús nos ofrece y solicita.

2.- Lo primero y principal

a.- La iniciativa parte de Dios. La historia de la salvación del pueblo elegido, Pueblo de Dios, refleja la voz del Señor diciendo: Te he amado primero a ti y te sigo amando con un amor concreto y palpable. Te invito a vivir amando y te propongo caminos reales y valiosos para la salvación.

b.- La profundización en el precepto cristiano del amor nos invita a establecer nuevos criterios de comportamiento para descubrir que los demás son también hijos de Dios, amados por Él, destinatarios de sus dones salvíficos y mediadores natos para nuestra acción evangelizadora.

c.- Hoy se celebra la Jornada del DOMUND, Jornada de la propagación de la fe: “El evangelio, dice el Papa, no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino un don que se ha de compartir, una Buena Noticia que hay que comunicar”. En la medida que descubramos el itinerario de conversión y fidelidad misericordiosa nos podremos adentrar en la Buena Nueva evangelizadora.