Evangelio del día
Tercera semana de Cuaresma

Del día 11 al 17 de Marzo de 2012

El celo de tu casa me devora

Introducción a la semana

Moisés releva a Abrahán en el protagonismo de la primera lectura del domingo; unos y otros nos hacen avanzar en la comprensión de la alianza y en la iniciativa de Yahvé de tomar a su pueblo como heredad. La brevedad de la segunda lectura de este tercer domingo no puede ocultar su hermosa grandeza: Cristo es nuestro mejor signo porque es la fuerza de Dios. Completa el tríptico dominical una peculiar lectura del misterio pascual de Jesús de Nazaret, el que hablaba del templo de su cuerpo. Etapa central del camino cuaresmal que es una útil posta para reponer fuerzas en esta subida de la comunidad hacia Jerusalén.

El lunes inicia el recorrido semanal con dos lecturas que se necesitan la una a la otra; es el episodio del sirio Naamán que, guiado por Eliseo, reconoce la acción salvadora más allá de fronteras empequeñecedoras de la bondad de Dios. Azarías nos regala, en las páginas de Daniel, una sentida oración del que sólo pone en Dios su confianza, siendo contrapunto del horizonte cristiano que se saborea en el perdón constante, setenta veces siete. Vuelve la alianza de Dios con su pueblo en boca de Moisés y, además, presumiendo de tener el pueblo de Israel a su Dios más cercano que cualquier otro pueblo; y tal cercanía la traduce el evangelio en el respeto absoluto de la nueva ley, la del amor, donde no hay detalles menos importantes.

El jueves adopta un estilo no tanto negativo, cuanto propio del que se empeña en no escuchar la voz del Señor y deja que su corazón sea invadido por el mal, con lo que es muy difícil que fermente la semilla del Reino. La vuelta al Señor, el rechazo de los ídolos, la acogida complaciente del Señor que se sabe reconocido en el corazón de sus hijos marca el tono penitencial del viernes. Y cierra la semana con una de las mejores claves de la nueva forma de dar culto a un Dios que es, por encima de todo, Padre de todos: quiere de cada uno de sus hijos un corazón de carne, cercano, misericorde, antes que holocaustos y sacrificios, de los que se confiesa bastante harto y defraudado; por eso quien se acerca a Dios con estilo compasivo será bendecido por la gracia de un Padre que nos enaltece con su amor perdonador.

Impulsos de vida que la Palabra nos brinda en el éxodo de nuestra cuaresma: no perdamos de vista el horizonte gozoso de la Pascua.

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana