Dom
10
Dic
2017

Homilía II Domingo de Adviento

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios

Introducción

Actualmente, son muchos los rostros desconsolados. Para constatarlo solo es preciso caminar con los ojos bien abiertos a través de los barrios de nuestras ciudades, por los lujosos y por aquellos que vergonzosamente ocultamos, establecidos al margen de nuestras ciudades. Los desconsuelos tienen nombres, causas y densidades distintas: soportar día tras día el sinsabor de una vida sin sentido; no poder asegurar los elementales gastos cotidianos para vivir sobriamente; convivir con un cuerpo o una mente enfermo s sin remedio; padecer el aparente silencio de Dios, su fingida malévola indiferencia. Y tantos otros desconsuelos…

La esperanza es el clima característico de Adviento. Se trata de una esperanza activa, adulta, que nacida de la confianza recia en la fidelidad amorosa de Dios, compromete al creyente a crear, colaborando con él, una “tierra nueva” y unos “cielos nuevos”. La Navidad que preparamos es la celebración de esta novedad, primicia del hombre nuevo.