Mar
1
Nov
2016

Homilía Todos los Santos

Año litúrgico 2015 - 2016 - (Ciclo C)

Ahora somos hijos de Dios

Introducción

Al menos en estas tierras, el Día de Todos Los Santos, aún siendo mayor su importancia litúrgica y su carácter festivo, queda bastante eclipsado por el siguiente, el de Difuntos. Las gentes -creyentes o no- ocupan la fiesta en acudir a los cementerios para honrar a los suyos: limpiar los nichos, adecentar las lápidas, poner flores. Quienes se dedican a su venta hacen el agosto en noviembre pero lo peor es que una fiesta tan especial, en la que celebramos a quienes pasaron por la tierra y fueron considerados por la Iglesia seres excepcionales pasa totalmente desapercibida y ¡menuda desgracia!, ha sido teñida de un baño de dolor, tristeza y muerte.

Queremos reivindicar la celebración del día de Todos Los Santos como lo que es, la gran fiesta de todos y todas nuestros predecesores que pasaron por esta tierra como Jesús, predicando y haciendo el bien. Como veremos, no se trata sólo de un bien moral, sino de un bien de carácter ético, hacia quienes les rodeaban, un buen político, transformador. Nuestros santas y santas, a pesar de las evidencias, dejaron el mundo mejor de lo que se lo encontraron y eso es motivo, claro que sí, de hacer una gran fiesta.