Mar
1
Nov
2022

Homilía Todos los Santos

Año litúrgico 2021 - 2022 - (Ciclo C)

Alegraos y regocijaos, vuestra recompensa será grande en el cielo

Introducción

Cada año, con la fiesta que celebramos hoy, se nos ofrece la oportunidad para reflexionar sobre la santidad. ¿Qué significa ser santo? ¿Es algo estridente para unos una especie de casta selecta? ¿O acaso no es una parte esencial de la vocación cristiana? San Pablo usa el término santo para referirse a los cristianos de Corinto y de Éfeso al inicio de sus cartas. El pueblo cristiano es «un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios» (1Pe 2,9a).

Las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar en la santidad desde tres perspectivas, que están todas presentes en la lectura del Apocalipsis y son después desarrolladas por las demás. En primer lugar, la necesidad de hacer una elección. Debemos elegir si queremos llevar una vida acorde con el Evangelio o si por el contrario lo haremos siguiendo los valores del mundo. No es una elección fácil porque las consecuencias de dicha elección no son siempre agradables. En segundo lugar, la relación entre la liturgia celeste y la terrena. Toda cultura tiene sus liturgias propias. Algunas pueden estar en armonía con el Evangelio, pero las que no lo están nos alejan del centro de nuestra fe. Debemos elegir de cuál liturgia queremos participar, porque de dicha decisión depende nuestra futura participación en la liturgia celeste. Por último, el tema de la fidelidad, que nos puede ayudar a repensar la santidad más allá de ciertas visiones viciadas.