Mar
20
Dic
2011

Evangelio del día

Cuarta semana de Adviento

Le pondrá por nombre Enmanuel Dios con nosotros

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías 7, 10-14

En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Ajaz:
«No lo pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel».

Salmo de hoy

Salmo 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6 R/. Va a entrar el Señor, él es el Rey de la gloria

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede entrar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38

En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?»
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Le pondrá por nombre Enmanuel “Dios con nosotros”

Acaz, rey de Judá, se encuentra en un gran aprieto; los reyes de Siria e Israel quieren que se una a ellos para luchar contra el poderoso rey de Asiria.

Acaz , teme la derrota y con ella, la extinción de su dinastía; Dios, por medio de Isaías le da la respuesta. Siguiendo la costumbre de aquellos pueblos, el profeta, le dice al rey que pida una señal a Dios, el rey no quiere, pero Isaías se la da en nombre de Dios:”La virgen concebirá y dará a luz un hijo”. Ciertamente este anuncio era respuesta a los temores de Acaz, tendrá un descendiente en el trono, el piadoso rey Ezequias, que quiere decir:”El Señor es mi fuerza”, El profeta anuncia de este modo al rey que tendrá un sucesor porque “Dios es la fuerza de su pueblo”.

Esta profecía, va más allá, el evangelista Mateo, recuerda que es en María, en quien se cumple definitivamente la promesa:”Ved que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel: Dios con nosotros” (Mt 1,23). En Cristo, tienen plenitud todas las Escrituras, Él es el centro, y sólo a la luz de Cristo podemos entender tanto el AT como el NT.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a escuchar la Palabra, acogerla, hacerla nuestra y llevarla a cuantos se comunican con nosotros para poder vivir en plenitud la llegada de Cristo en esta Navidad.

  • “El Señor Dios le dará el trono de David su padre”

La promesa que Isaías hace al rey Acaz acerca de su descendencia, alcanza su plenitud en este texto de la Escritura.

Dios, había prometido a David que el trono no saldría de su casa (2 Sm 7,10ss.) y que su reinado no tendría fin. Dios, que siempre cumple sus promesas, respetando la voluntad humana, en esta ocasión, pide el consentimiento a una doncella del pueblo, sencilla y humilde, en un tiempo en que, la mujer no tenía derecho a hablar en la sinagoga, el cielo está pendiente de su respuesta, ella, obediente a la Palabra de Dios da el Sí y “el Verbo de Dios se hizo Carne “.

La Navidad, para cuya celebración nos estamos preparando, será realidad en nosotros, si sabemos acoger su Palabra, como lo hizo María, la acogió, de tal modo que la hizo carne propia, la gestó y la dio al mundo hecha carne, para salvación de todos. Aprendamos de María, acojamos la Palabra, hagámosla vida y proclamémosla al mundo entero.

El Papa en su última exhortación apostólica nos recuerda: “en esta breve frase “La Palabra se hizo hombre” está el corazón de toda la fe cristiana.” (V.D) vivamos con fe tan gran misterio.