Mar
11
Jul
2023
¿Qué nos va a tocar?

Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios 2, 1-9

Hijo mío, si aceptas mis palabras,
si quieres conservar mis consejos,
si prestas oído a la sabiduría
y abres tu mente a la prudencia;
si haces venir a la inteligencia
y llamas junto a ti a la prudencia;
si la procuras igual que el dinero
y la buscas lo mismo que un tesoro,
comprenderás lo que es temer al Señor
y alcanzarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor concede sabiduría,
de su boca brotan saber e inteligencia;
atesora acierto para el hombre recto,
es escudo para el de conducta intachable;
custodia la senda del honrado,
guarda el camino de sus fieles.
Entonces podrás comprender
justicia, derecho y rectitud,
el camino que lleva a la felicidad.

Salmo de hoy

Salmo 33, 2-3. 4 y 6. 9 y 12. 14-15 R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa en torno
a quienes lo temen y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que lo temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

San Benito, astro luminoso de Europa (Papa Benedicto XVI)

La Iglesia celebra hoy la Fiesta del Patrono de Europa San Benito, padre del monacato occidental. Un hombre que vivió a caballo entre los siglos V y VI de nuestra era, en un momento de crisis terrible por la caída del imperio romano, por la invasión de pueblos desconocidos y porque se estaban perdiendo los valores, llegando a ser, la sociedad de su tiempo, una sociedad totalmente decadente. ¿Acaso no es esto lo que nos encontramos hoy día? Una sociedad que ha perdido los valores y que vive al límite del colapso.

Sin embargo San Benito, su obra y en especial su Regla monástica, fueron el fermento, la levadura en la masa que lograron aglutinar a los pueblos de Europa en una unidad cultural y espiritual que forjaron la fe cristiana de Europa.

Tres cosas resaltan de la fiesta de hoy en las oraciones de la Eucaristía: preferir tu amor a todas las cosas, buscándote a Ti sólo, nos mantengamos fieles en tu servicio. Estas tres peticiones o deseos que formulamos durante la celebración tienen, a su vez, tres consecuencias: libertad de corazón, unidad y paz, caridad ardiente.

Este es el camino que nos muestra hoy San Benito Abad, patrono de Europa, ¿estamos dispuestos a seguirlo?

¿Qué nos va a tocar?

El Evangelio de hoy resalta por esta pregunta de Pedro: “nosotros lo hemos dejado todo, ¿qué nos va a tocar?”. Sinceramente, no creo que Benito, cuando lo dejó todo y se fue a vivir en la soledad de Subiaco, le preguntara al Señor, ¿qué me va a tocar?

Todo lo contrario, él se dedicó por completo a entregar todo lo suyo al Señor, despojándose de la necesidad de autoafirmación y de ponerse siempre en el centro; también entregó a Dios todos sus afectos interiores y sus inclinaciones, la ira, la venganza, todo lo que nos moviliza interiormente pero que nos aleja de Dios. Por eso pudo comenzar su Regla con esa célebre frase, no anteponer nada al amor de Dios.

Sólo por medio de esta entrega total, pudo Benito hacer honor a su nombre y ser un hombre de bendición y de paz, hacia Dios y hacia los demás. Y todo fundamentado en la oración incesante, cimiento de la vida de San Benito y de sus monjes. También cada uno de nosotros necesitamos poner este sólido cimiento de la oración en nuestras vidas, como ejercicio de escucha de la voluntad de Dios que nos habla por medio de los acontecimientos de nuestra historia, por medio de las personas y situaciones en las que nos encontremos.

Apoyados en la oración, bendiciendo siempre, podremos encontrar cien veces más ahora, y luego alcanzaremos la vida eterna.

¿Qué cosas prefiero o antepongo al amor de Dios en mi vida?

¿Siento mi corazón atado y esclavizado? ¿Qué cosas me esclavizan?

¿Soy consciente de que sólo la caridad ardiente puede liberar mi corazón y ayudarme en el camino de la fe?