Dom
9
Feb
2014

Homilía V Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)

Vosotros sois sal de la tierra y luz del mundo

Introducción

Hemos iniciado ya los domingos del llamado “tiempo ordinario”, tiempo que se encuentra entre los dos polos de la vida de Jesus, su nacimiento y su muerte - resurrección. Tiempo que nos permite vivir la vida de Jesús, dia tras dia, para que se vaya convirtiendo en nuestra propia vida. Y para ello comenzamos reflexionando en varios domingos sobre el llamado“sermón de la montaña” (Mt. 5-7).En él Jesús muestra todo su programa de vida a sus discípulos y a la gente. Expresado ya su programa de “felicidad”- los valores que hacen nuestra vida y la vida de la gente mas feliz -, convendrá hoy tomar conciencia de que vivir esos valores supone ser “sal” y ser “luz”, personal y comunitariamente, en nuestro mundo tan confuso y perdido. Ser sal y luz que ya nos sugiere el profeta Isaías como hacerlo (1ª lectura), ser sal y ser luz que como a Pablo nos lleva a anunciar con palabras y obras a Jesús crucificado”.

Tradicionalmente en este segundo domingo del mes de febrero se celebra en la Iglesia la Jornada de la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas, y un dia de ayuno voluntario a favor del compartir con los más necesitados de nuestro mundo. Este año Manos Unidas insiste en el “8º objetivo de desarrollo del milenio” que consiste en “fomentar una alianza mundial para el desarrollo”. El eslogan es “un mundo nuevo, un proyecto común”. Un mundo nuevo donde aumenten las relaciones de fraternidad que se traduzcan en hechos concretos: respeto a los derechos humanos, agricultura sostenible, respeto al medio ambiente, acceso a las medicinas, creación de infraestructuras, aumento de la ayuda al desarrollo, etc.. Y todo ello a niveles personales y sociopolíticos. Ser sal y luz con nuestro compromiso de fraternidad que surge de la llamada de Jesús a ser felices y hacer un mundo mas habitable.