Dom
4
Sep
2011

Homilía XXIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos

Introducción

Para la mayoría de nosotros comienza un nuevo curso. Retomamos la actividad rutinaria. En esta vuelta a la cotidianidad, continuamos nuestro recorrido por el evangelio de san Mateo, que hemos tenido ocasión de escuchar en la eucaristía dominical durante este verano.

En la profecía de Ezequiel descubriremos que la salvación no puede entenderse de manera individual y privada, como un asunto a tratar a solas con Dios despreocupados de todo lo que no tenga que ver con nosotros. ¿Qué hemos hecho de nuestros hermanos? Concretamente, de nuestros hermanos pecadores.

Desde esta advertencia del profeta llegamos -de la mano de la primacía del mandamiento del amor, que nos recordará San Pablo- a una formulación en positivo de las exigencias éticas que planteaba el Antiguo Testamento. El Evangelio de hoy no es sólo el de la corrección fraterna. Es, sobre todo, el Evangelio de la comunidad cristiana: en ella es donde se vive no sólo el perdón, sino también la oración y el encuentro con el Señor.