Dom
18
Jun
2017

Homilía Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Año litúrgico 2016 - 2017 - (Ciclo A)

El que coma de este pan vivirá para siempre

Introducción

Empiezan a alejarse las celebraciones pascuales, y se aproxima el tiempo ordinario. Y –como si hiciera de puente- la Iglesia nos regala la festividad del Corpus Christi. Antigua en su origen (se remonta a la mitad del siglo XIII), se apoya en la fe del pueblo sencillo que fue magníficamente consolidada por los grandes teólogos de la época. Profundizamos en ese “banquete precioso y admirable, banquete saludable y lleno de toda suavidad” que cada domingo reúne a la comunidad cristiana, y que se convierte en “centro y culmen” de su identidad.

Hay experiencias que necesitan ser ahondadas y saboreadas. Es preciso mirar con mayor profundidad, desde la adoración, el amor y el compromiso, el sacramento de la Eucaristía, reflejo del misterio de un Dios que ha decidido quedarse sacramentalmente en medio de la humanidad, como la prueba mayor del amor que Él nos tiene.

Detrás de este sacramento late un interrogante realmente humano: ¿cómo vivir en plenitud? Nos merecemos una vida de calidad, más auténtica y digna, especialmente para aquellos que más lejos están de tenerla. La Eucaristía toca a nuestra existencia desde la celebración agradecida, la adoración rendida y el compromiso fraterno. El Corpus Christi nos urge a la caridad, y hoy especialmente nos recuerda que somos “llamados a ser comunidad”.