Mié
3
May
2023

Evangelio del día

Cuarta Semana de Pascua

Hace tanto que estoy con vosotros ¿y no me conoces?

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.

Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Salmo de hoy

Salmo 18, 2-3. 4-5 R. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 6-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».
«Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

El Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis

La liturgia de la Palabra nos pone en consonancia con la celebración y el reconocimiento de Felipe y Santiago como personas de referencia en el seguimiento del Maestro. Ambos respondieron a la llamada de Jesús. Ambos iniciaron un camino de acogida, admiración, aprendizaje y, como no, también de conflicto interno con sus expectativas y el Maestro que habían asumido en sus vidas.

Si os manteneis en la Palabra que os anunciamos

Este fragmento de la carta a la comunidad de los corintos tiene como objetivo insistir en que nuestra vida, como seguidores de Jesús, sólo tiene sentido si nos mantenemos y vivimos en la Palabra que nos fue anunciada. El autor de la carta insiste con fuerza en el kerigma, en la esencia de nuestra fe: que la muerte de Jesús nos redime y nos salva. Este misterio de salvación tiene como fundamento la decisión del Padre: la resurrección del Hijo; y en el Hijo, la resurrección de todos nosotros. 

Si nuestra fe es solo de discurso, nuestra vida no tiene sentido, es vana, es absurda. Por eso la insistencia de Pablo en afirmar una y otra vez que la resurrección de Jesús no es imaginaria, sino una experiencia que vivieron  muchas personas y de la cual dan testimonio.

Hace tanto que estoy con vosotros ¿y no me conoces?

Ciertamente Jesús puede decir a nuestro corazón esas mismas palabras en algunos momentos de la vida. Y es importante tomar conciencia de que seguimos el camino del discipulado como aquellos primeros hombres y mujeres. En el proceso de la fe, vamos pasando por etapas, creciendo y madurando el encuentro personal con el Maestro, con el Hijo de Dios. Acogernos, comprendernos y acompañarnos mutuamente es que lo que Jesús espera de nosotros.

Resuena con fuerza el siguiente versículo del Evangelio de hoy: “creedme (...) sino creed a las obras”. Es realmente lo concreto de la vida donde se desgrana la fe y el sentido que nos habita. Las palabras y discursos son efímeros, el viento los lleva. El compromiso real, por muy pequeño que sea, habla por sí mismo. Muchas veces, se trata de un compromiso en el día a día bien silencioso, que no pierde tiempo en palabras que expliquen o justifiquen. Es un compromiso cuya responsabilidad brota de la experiencia y de la fe en Jesús, el Hijo de Dios. Por eso, se empeña energía, tiempo y dedicación.

Hoy resuena en nosotros el testimonio de vida de Felipe y Santiago el menor. Personas como nosotros, que haciendo su camino en el discipulado, son referentes en nuestra vida de fe.