Lun
15
Abr
2024

Evangelio del día

Tercera Semana de Pascua

Trabajad por el alimento que perdura

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 8-15

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Entonces indujeron a unos que asegurasen:
«Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios».

Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y, viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían:
«Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés».

Todos los que estaban sentados en el Sanedrín fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.

Salmo de hoy

Salmo 118, 23-24. 26-27. 29-30 R/. Dichoso el que camina en la ley del Señor

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus decretos;
tus preceptos son mi delicia,
tus enseñanzas son mis consejeros. R/.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséñame tus mandamientos;
instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R/.

Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu ley;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 22-29

Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.

Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.

Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».

Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a este lo ha sellado el Padre, Dios».

Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».

Respondió Jesús:
«La obra de Dios es esta: que creáis en el que Él ha enviado».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo

A partir del capítulo 6 hasta el final del libro, nos contará la expansión progresiva del evangelio más allá de los límites de Palestina. Hoy El Libro de los Hechos nos recuerda al diácono S. Esteban, elegido por la comunidad, junto a otros seis, para esa misión y confirmado por los apóstoles. Su labor es descrita con estas palabras: Lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Pese a todo ello, el odio y la calumnia fueron el resultado de una confabulación contra él. Las palabras de Jesús anunciando, para sus seguidores, persecuciones y arrestos por su causa, se va a hacer realidad. Fue el primer seguidor de Jesús en sufrir la muerte del martirio. Hoy se nos recuerdan los pasos previos a su lapidación.

El texto viene a ser una repetición del proceso de Jesús, tanto en su motivación, como en su condena o en la oración por los perseguidores en el momento de la muerte. Como a Jesús le acusan de hablar contra el templo y contra la ley, pero lo que, seguramente, irritó más a sus opositores fue el hecho de su confesión de Jesús como Mesías de Dios.

Esteban será el primero de toda una serie de hombres y mujeres que a lo largo de la historia encontrarán la persecución y muerte por ser fieles a Jesús. Esa larga lista llega hasta nuestros días donde podemos constatar hechos semejantes. La intolerancia y el odio conducen a la muerte a muchas personas inocentes. La pasión de Jesús sigue siendo realidad en muchas partes del mundo, repetida en miles de personas cuya causa no es otra que la confesión de fe en Jesús. Sus palabras siguen cumpliéndose y la persecución y el arresto no cesan.

Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura

El evangelio de este día, así como el de mañana, sirve de introducción al discurso del “pan de vida” que recordaremos estos días. Tras el milagro Jesús despidió a la gente.  ellos lo buscaban porque querían hacerlo rey.

Gran sorpresa matinal. Después de haber disfrutado del alimento gratuito del pan y haberlo visto marcharse caminando sobre el mar como quien no quiere la cosa… Al día siguiente, esperando que aconteciese algo similar, nada. No había nadie, ni los discípulos. ¡Qué chasco! Siguieron buscando. Fueron a Cafarnaúm; allí sí estaban. Y Jesús, que no era tonto, se dio cuenta de que lo buscaban egoístamente. Él, no obstante, ve en esa búsqueda del pan material una oportunidad para ofrecer un mensaje superior, algo que, quizá, chocó con las expectativas de la gente.

Por eso da un vuelco a lo que la muchedumbre buscaba. Ante esa búsqueda del pan material, Él quiere que sean, y seamos, consciente de que lo que Él pretende es darles de comer de otro pan, que, tomado cada día, perdura hasta la vida eterna, porque alimenta y fortalece cada día. Pero con una condición: la obra de Dios, el actuar de Dios en ellos, exige que crean en Él, el enviado del Padre… Lo demás se irá dando por añadidura.

 Quizá no hemos sabido explicar bien la fuerza de ese pan, de su presencia en la Eucaristía y fuera de ella. Ese alimento que perdura se halla también en las palabras de Jesús. Ellas nos conducen hacia la vida eterna, nos dan ya desde aquí el comienzo y saboreo de la Vida, de la Vida para siempre: el sentido de la justicia, de la equidad, de la caridad sin pedir nada a cambio, del servicio a los más necesitados, de la alabanza, del silencio agradecido, de la oración sincera. Todo ello nos lleva al encuentro con el Señor Resucitado, a la contemplación serena del Misterio de Dios y de la Vida en un mundo lleno de conflictos que opacan el brillo de este bello y necesario tiempo pascual.

¿Dónde queda patente que trabajo por ese pan que perdura? ¿Cuánto tiempo dedico a la búsqueda de ese alimento?