Jue
11
Abr
2024

Evangelio del día

Segunda Semana de Pascua

El que cree en el Hijo tiene Vida eterna

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27-33

En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».

Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».

Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Salmo de hoy

Salmo 33, 2 y 9. 17-18. 19-20 R/. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias. R/.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.

El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

"Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres"

Impulsados por el Espíritu Santo, los apóstoles dan testimonio de Jesús ante las autoridades judías. Y no tienen miedo. La Pascua no es para ellos solo un acontecimiento espectacular que les manifiesta que Cristo está vivo y que ha vencido definitivamente a la muerte. El acontecimiento de Pentecostés les manifiesta que Jesús no solo está de nuevo con ellos, sino también en ellos, en lo más profundo de su corazón.

La experiencia de Dios hace que nuestra fe sea viva y actuante y que, a pesar de las dudas y miedos, podamos percibir una certidumbre honda que da valor y sentido a nuestras decisiones incluso cuando éstas constituyan un riesgo vital.

Los apóstoles ciertamente tenían miedo, les preocupaba lo que les podía pasar, pero algo (y sobre todo Alguien) más fuerte que ellos mismos los animaba en una empresa que les llenaba de alegría y esperanza. Estaban viviendo de una manera nueva la propia Pasión de Cristo en sus carnes y esto desarmó a sus oponentes que pensaban que todo aquel movimiento mesiánico había concluido.

"El que Dios envió dice las palabras de Dios"

El texto del Evangelio de San Juan está en clara relación con la primera lectura de los Hechos. Jesús es el Señor del Espíritu por antonomasia. Él dice y hace presente a Dios de una manera absoluta y definitiva. En la teología del cuarto evangelista, en la persona de Jesús se patentiza de manera diáfana el rostro de Dios. Con Él comienza ya para los hombres la Vida Eterna.

La clave está en recibir en toda su plenitud este testimonio mediante la fe, no quedarse “en la tierra”, no percibir solo en su Palabra palabras de hombre que pueden ser importantes, incluso benéficas, pero a las que les falta la plenitud del Espíritu. Es lo que dijo Pedro a Jesús cuando les preguntaba a los discípulos sobre su identidad y si también querían abandonarle como otros tantos: “¿Adónde vamos a ir? Solo Tú tienes palabras de Vida Eterna” (Jn 6, 68).

Solo en Dios podemos encontrar la Verdad, el auténtico sentido de la vida. Para esto vino Jesús, el Señor del Espíritu, ese Espíritu que derramó en su último aliento de vida desde la cruz, un aliento de amor profundo, trascendente, inmortal, vivificador que nos hace confesarle como Señor y nos anima a vivir en eternidad ya en esta vida.

Texto para la reflexión

“La razón de ser del cristianismo es ante todo el mostrarnos que hay un sentido para nuestra vida. Nuestra vida está orientada hacia un fin último. A pesar de todo lo absurdo y todos los sufrimientos que podamos soportar, este sentido tiene la última palabra. Quizás aún no seamos capaces de contar la historia de nuestra vida o la de la humanidad, pero nuestra esperanza es que un día se descubra que todo lo que hemos sido o lo que hemos vivido tiene sentido”.

Timothy Radcliffe, OP