Jue
14
Dic
2023

Evangelio del día

Segunda Semana de Adviento

El más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías 41, 13-20

Yo, el Señor, tu Dios,
te tomo por la diestra y te digo:
«No temas, yo mismo te auxilio».
No temas, gusanillo de Jacob,
oruga de Israel,
yo mismo te auxilio
-oráculo del Señor-,
tu libertador es el Santo de Israel.
Mira, te convierto en trillo nuevo,
aguzado, de doble filo:
trillarás los montes hasta molerlos;
reducirás a paja las colinas;
los aventarás y el viento se los llevará,
el vendaval los dispersará.
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes
buscan agua, y no la encuentran;
su lengua está reseca por la sed.
Yo, el Señor, les responderé;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en cumbres desoladas,
en medio de los valles, manantiales;
transformaré el desierto en marisma
y el yermo en fuentes de agua.
Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos, y olivares;
plantaré en la estepa cipreses,
junto con olmos y alerces,
para que vean y sepan,
reflexionen y aprendan de una vez,
que la mano del Señor lo ha hecho,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Salmo de hoy

Salmo 144, 1 y 9. 10-11. 12-13ab R/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 11-15

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
El que tenga oídos, que oiga».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

No temas, yo mismo te auxilio

El profeta Isaías anuncia el auxilio del Señor a los más pequeños de Israel utilizando una expresión que nos resulta familiar. Recordamos la escena de la Anunciación, en el evangelio de Lucas, en la que María es tranquilizada por el Ángel Gabriel: No temas, María. María, una mujer pequeña, tal vez una mujer sin importancia en su comunidad, halló gracia ante los ojos de Dios.

El Señor mira lo pequeño de este mundo, está pendiente de esas diminutas criaturas que nombra cariñosamente el profeta; animalillos que no acaparan la atención de nadie y nadie aprecia. A Dios sí le importa lo pequeño. Lo insignificante o lo despreciable para el mundo, resulta agradable a los ojos de un Dios que se muestra atento y solícito con todos.

Pobres e indigentes somos todos lo que, como la Samaritana del Evangelio, nos sentimos sedientos del agua viva y leemos, en las palabras del profeta, la misma promesa que Jesús hizo a aquella mujer en el brocal del pozo: veremos brotar manantiales, caudalosas fuentes que desde el abrasador desierto saltan hasta el cielo y lo transforman en marisma. Qué bonito describe Juan de Yepes la fuente escondida anunciada por Isaías: Sé ser tan caudalosas sus corrientes, que infiernos, cielos riegan…

No ha nacido de mujer uno más grande

En estos días previos a la Navidad vemos mucho trasiego en las calles luminosas, decoradas con infinidad de luces y adornos de un brillo que nos recuerda al de los metales preciosos. Nos encontramos en comidas y cenas con personas distinguidas, vestidos con ropas elegantes, disfrutando de menús refinados. Buscamos regalos sorprendentes y sofisticados.

¿Cómo preparamos el Adviento? ¿Qué salimos a buscar a las calles? ¿Buscamos palabras de verdad en los escaparates, en la publicidad de los productos caros?

Esta es la pregunta que Jesús nos lanza en el evangelio de hoy. Su interpelación va directa a examinar nuestro corazón: si buscáis al sofisticado, encontraréis al harapiento, si buscáis al poderoso, encontraréis al preso, si buscáis el placer, os encontraréis con la mujer maltratada, si buscáis hartura, a un pobre hambriento. Todos ellos nos precederán en el reino como al mismo Juan Bautista, el más grande de los hombres nacidos de mujer.

El Profeta del Altísimo del cántico de Zacarías nos anuncia una luz nueva en este Adviento, en el que presenciamos, ya sin palabras, toda la violencia ejercida contra los pequeños del reino. No es la luz de los luminosos abetos ni la de las fachadas de los grandes edificios comerciales, es la del sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas, en medio de calles bulliciosas y compras compulsivas.