Día sexto

Comienza tu oración con la postura y el modo que más bien te haga. Puedes recitar alguna oración breve: "Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus hijos", u otra que te haga bien. Es bueno intentar que todo tu ser esté en la presencia de Dios.

 

Tema: Tercera palabra: "He ahí a tu madre"

En el quicio de los Ejercicios: reflexionar, orar con Maria.

"Estaba junto a la Cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, Maria de Cleofás y Maria Magdalena". "Jesús viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: "Mujer, he ahí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: he ahí a tu madre". "Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa"...

De las tres mujeres que están al pie de la Cruz, dos son muy conocidas.

Hay aquí varias enseñanzas:

  • Jesús busca apoyo humano para su Madre. No quiere que quede desamparada, y busca la protección en el discípulo predilecto...
  • El mismo Juan indica con qué prontitud obedeció. (Esto se da muchas veces en la vida). Debe ser normal la acogida, la hospitalidad, máxime en situaciones límites.
  • Juan lo dejó todo para seguir a Cristo, ahora por encargo de Jesús toma a Maria. Los apóstoles que dejan todo por seguir a Jesús deben cumplir con la atención de sus padres, etc. Por piedad y por justicia.

Si acogemos en nuestra vida a Maria, es una de las mejores ayudas que podemos tener para vivir como creyentes...

Es bueno reflexionar en esta presencia de Maria al pie de la Cruz:

Se duplicó el sufrimiento de Jesús: No era sólo su corazón traspasado; era también el Corazón de su Madre.

En esas mujeres, en el discípulo amado están representadas todas las personas que sufren voluntariamente: "Completo en mi cuerpo lo que falta a la Pasión de Cristo", nos dice San Pablo.

Aquí podemos descubrir el amor de muchos padres acompañándoles en su caminar: Maria acompañó a Jesús hasta la muerte en Cruz. ¿Cómo es mi devoción a Maria? Allí estábamos representados todos. Madre de la Iglesia: ruega por nosotros.

La presencia de Maria en nuestra vida de creyentes es muy importante: Par a que crezca nuestra fe. Nos ayude en la esperanza. Fortalezca nuestra caridad.

Especialmente presente en estos días de Ejercicios.

Dando sentido a nuestra vocación: cualquiera que sea nuestra profesión, trabajo. Es evidente que Maria completa el Plan de Salvación: tenemos una Madre que intercede por nosotros.

Sobre todo en la hora de la muerte.

Conclusión: Podías rezar un misterio del Rosario despacio, intentando en cada palabra, en cada idea, poner todo tu corazón: "Ruega por nosotros AHORA, y en la hora de nuestra muerte". ¿No vale la pena orar con estas palabras y que sean realidad en nuestra vida?