Día tercero

"Oración de penitencia ".

"Oración de penitencia: "Misericordia, Dios mío" (Salmo 50); "Desde lo hondo a ti grito, Señor (Salmo 129). Nadie, por inocente que sea, debe dejar de imitar a Jesús en el Calvario: sufre y ora por todos los que sufren. Prolongar en mi cuerpo la pasión de Cristo. Nos unimos a los que oran y se sacrifican por el cese de la violencia en el mundo. El cese de toda guerra. La búsqueda de la paz.

 

Tema: creyente

El que ACEPTA la Palabra de Dios, la enseñanza de la Iglesia. Acepta y vive.

Creer es una actividad propia de la persona humana. Supone:

    • Apertura a los demás. Escuchar: nos hablan y creemos lo que oímos.
    • Capacidad de percibir y valorar el sentido de cuanto se nos dice.
    • Posibilidad de aceptarlo o rechazarlo.

Hay una sabiduría de siglos: "Si crees y cumples, todo te irá bien".

Nos inclinamos ante Dios: la fe UN DON y UNA TAREA: Dios que nos da su gracia y el ejercicio de nuestra libertad.

Con la fe nos nacen ALAS de libertad. Es un buen camino.

En la Biblia, después de la Creación, del diluvio, irrumpe la narración de Abraham: "Sal de tu tierra, de tu tribu, de la casa de tu padre, y ve a la tierra que te mostraré". Este es el movimiento esencial de la fe: ruptura con el pasado cómodo y emprender un camino hacia lo desconocido.

La fe no revela el destino final del viaje: oscuridad y lejanía. Si se vive de verdad nace una luz y una seguridad total: es estar en las manos de Dios. Exige CONFIANZA. No pidas explicaciones (que las hay)). La despedida de >Abraham tuvo que ser divertida: ¿Dónde vas? No lo sabía. Esto no parece sensato. En cada persona hay un contable escondido. Queremos garantías, certezas. ¡¡Cómo se calculan hoy los viajes!! Evidentemente esto es un contrasentido para nuestro mundo de hoy... Es poderoso el que tiene información. La fe NO: oscuridad, confiar, obedecer. Esta es la marca del creyente. Lo mismo le pasa a Pablo cuando le alcanza la gracia en el camino de Damasco. Comprometido a empezar una vida nueva. No se le dijo en qué iba a consistir: "Ya se te dirá lo que has de hacer" (Hechos, 9,6). Esta es la fe: levántate, sal. Ya se te dirá. Ya te guiarán. PONTE EN CAMINO, fiado sólo en la Palabra de Dios.

Es un compromiso del hombre-mujer entero. El mérito de la fe es lanzarse a lo desconocido. Por eso Dios se compromete a una recompensa por encima de todo lo que se puede imaginar: "Haré de ti una gran nación....". La promesa de Dios es un faro que alumbra mi camino: "Luz para mis pasos": luz que guía al hombre. Dios empeña su palabra: "te bendeciré". Todo viaje es un acto de fe, incluso sabiendo el destino. La gran aventura del NACER: dejar la seguridad del vientre materno. La llamada de la fe no es una ve z para SIEMPRE: ES CADA DÍA. Porque la fe es probada una y otra vez. Cada mañana una sorpresa; cada amanecer un desafió.

Hacer actual la fe, en cada momento. Renovar esa promesa. Vivir así día a día. Es CONFIAR SIEMPRE EN DIOS, en lo bueno y en lo adverso, como descendientes de Abraham, nuestro Padre en la fe. Conclusión: "Creo, Señor, pero aumenta mi fe. y REZAS UN Ave María.