Día primero

Oración de inclinación

Nos podemos poner de pie, inclinando la cabeza humildemente ante Cristo. Debe ser como inclinarse todo nuestro ser: "Te ha agradado siempre la oración de los mansos y humildes"(Jdt.9, 16). "No soy digno de que entres en mi casa"(Mt.8, 8). Santo Domingo se lo enseñaba así a los frailes cuando pasaban ante el crucifijo, para que Cristo, humillado hasta la muerte, nos viera también a nosotros humildes.

 

modos inclinación

Tema: ordenar mi vida

La vida de cada persona tiene un itinerario: "Itinerario del hombre hacia Dios". Esto se ha de ir consiguiendo paso a paso, con equivocaciones, dificultades.

Los Ejercicios son un método, una terapia para poner orden. Es bueno hacerlo con sencillez: "si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso". Luminoso para distinguir, DISCERNIR.

Muchas veces me tengo que preguntar: ¿Dónde voy? ¿A qué? La práctica ZEN oriental insiste: HACER LO QUE HAGO, ESTAR DONDE ESTOY.

El hombre y la mujer han sido creados para alabar a Dios.

Accidente en un "Jet": 400 muertos. Había funcionado mal el "horizonte artificial": el piloto comprueba el ángulo de las alas con respecto al horizonte. No señaló la posición y perdió el equilibrio. El horizonte es el ORDEN. Cualquier mal funcionamiento, el desorden. Y hay cosas desordenadas en cada uno de nosotros.

Los afectos, tendencias, vivencias, pueden ser evidentes, los conozco perfectamente. También pueden estar ocultos: no darme cuenta. Y aquí está el peligro. Lo peor en el desorden son las MEDIAS TINTAS: el acomodo, la costumbre. Descubro mis "desordenes", pero ahí quedan: andar a medias: "Una vela a Dios y otra al diablo".

Para San Pablo era claro: siempre fue un SI (II Cor. 1, 15-21).

La elección autentica es clara, definida, concreta. Con medias tintas no se escribe bien.

A veces nos sorprendemos: las cosas no marchan bien. Esterilidad en nuestra vida, confusión. Causa: vivir a medias, sin sentido...

Bonhoffer: "Lo que cuesta ser discípulo". "¿Hay alguna parte de tu vida que rehúsas entregar a Dios?, ¿una pasión baja, una enemistad, algún deseo o ambición, o tu propia razón? Si es así, no te extrañe que no hayas recibido al Espíritu Santo, que la oración se te haga difícil. Anda -nos dice—, rechaza ese pecado y entonces recobrarás la fe".

¿Cómo puedo pretender entrar en comunión con El, si en algún aspecto de mi vida me estoy separando de El?

La fe es difícil si en alguna parte de mi vida pongo resistencia. El agua si no llega a X grados no hierve. ¿Reglas rígidas? No, es que es así y no puede ser de otro modo. No hay medias tintas: "Nadie puede ser discípulo mió si no renuncia a todo lo que posee". La palabra clave es TODO. Si te quedas con algo, escatimas, vacilas.

Este "poquito" no se trata de algo pasajero: una debilidad, un fallo, un tropiezo. De estas cosas estamos todos llenos: es la limitación, la condición humana... Lo que causa DAÑO es el APEGO permanente: la voluntad torcida, el vicio arraigado.

Tropezar alguna vez no impide caminar. DESVIARSE del camino SI: impide llegar a la meta: como persona, como grupo, como institución.   Y ¡¡Cómo cuesta enderezar!!

En esta primera meditación, en este primer día sería bueno descubrir algo de lo que hay torcido en mi. A veces lo ven las personas que nos rodean. Hay peligro de resistirnos, no querer ver.

Por un poco perdemos mucho.

Nota: — Qué bueno que tomes alguna nota.

Reza un Ave María cuando termines tu reflexión.