Día tercero

Comienza tu oración con la postura y el modo que más bien te haga. Puedes recitar alguna oración breve: "Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus hijos", u otra que te haga bien. Es bueno intentar que todo tu ser esté en la presencia de Dios.

 

Tema: sentido del pecado

Tres escenas de Jesús:

  • 1) Llamada de Pedro: Le. 5,1-11.
  • 2) Curación del paralítico: Le. 5,17-26.
  • 3) Perdón a la pecadora: Le. 7, 36-50

1.- La llamada de Pedro. Vemos a mucha gente escuchando a Jesús. Jesús ve dos barcas: "vayan mar adentro". Pedro le indica que ha estado fatigándose toda la noche. (Pablo utilizará el mismo verbo para hablar de la "fatiga apostólica".

Pensar en situaciones nuestras: "me he fatigado mucho", "he gastado mucha energía". "Me entregué con toda el alma...."... "Estoy agotado y no saco nada". Es evidente en muchas personas lo que podríamos llamar "cansancio evangelizador".

Pedro decide arriesgarse "un poquito": "En tu nombre echaré la red. En la Biblia = confió en tu palabra. Para arriesgarse se exige cierta valentía. El "evangelizador" se caracteriza por ese "QUID", ese "algo" irracional: un poquito de locura.

Aquí es donde Pedro descubre la POTENCIA de Jesús. Y SE PONE DE RODILLAS...

Este es el camino penitencial que todos necesitamos una y otra vez. En estos días siempre es necesario dedicar un tiempo a la penitencia: por nuestra pobreza, por nuestra limitación. Porque todos acumulamos, basura en nuestro interior y no deberíamos tener miedo a todo lo que sea purificación.

2.- La curación del paralítico.

Cinco hombres se arriesgan a algo tan raro como hacer un hueco en el techo (posible en aquellas casas). ¿Hará o no hará el milagro?

Fue un acto de coraje; de no-cálculo. Pero: HABÍA UNA CONFIANZA ILIMITADA: fe. ¿Cuál es la consecuencia?: PERDONA Y SANA.

Así es el Evangelio: la fuerza del perdón, de curación para los que confían en El, para los que dan este paso valiente. Contemplar-imaginar una cascada: si el agua no tuviese valencia no caería. Confiar sin límites. Si no arriesgas no lograrás nada. Sentir, pues, la necesidad de acercarse a El.

3.- La mujer pecadora en casa de Simón.

Un hombre que se cree importante, que no arriesga nada, que domina la situación. Jesús que no ha sido recibido con mucha cortesía. (Este llevarse bien con todos sin comprometerse = imagen de los políticos. Buscar que no nos critiquen). Esto era aquel hombre que recibía a Jesús.

Una mujer que manifiesta su afecto a Jesús: veneración que nadie de los que estaban allí había mostrado. La mujer ARRIESGA MUCHO.

Jesús no reprocha inmediatamente. Hace lo propio del "kerigma": cambia la situación: coloca en el centro la palabra AMOR: "Se le perdona mucho porque ama mucho".

 

Nuestro Camino Penitencial.

Antes se practicaba la confesión más frecuentemente. El Papa ha recordado el derecho que tiene todo fiel a SER ESCUCHADO Y RECONCILIADO en confesión individual.

También tenemos experiencia de personas que se confesaban con frecuencia con poco fruto: formalismo sacramental. Nos pasa a todos y en muchos aspectos de la vida., pero ahora en este tema se ha pasado al extremo opuesto. Ahora se acude con frecuencia a psicólogos, etc.etc. Pensamos -con el Evangelio en la mano—que la confesión no es sólo un DEBER. Es una ocasión gozosa de buscar salud espiritual. Se nos propone la oportunidad de ponernos delante de Dios con la conciencia de lo que somos: fragilidad y necesidad de salvación. Todo esto es DON: Dios es el que perdona los pecados. Y perdona gratuitamente.

Y esto hay muchas formas de hacerlo: se puede hacer en el confesionario; dialogando con el sacerdote; en una capilla penitencia sentados, con la frecuencia que sea necesaria. Es un bien. No podemos perder este regalo de Dios: "A quienes perdonéis los pecados le quedarán perdonados...". Podemos ser liberados de nuestros tropiezos, de nuestras maldades. Podemos ser sanados interiormente. Lo más importante en la vida de una persona..

"DEJAOS RECONCILIAD CON DIOS" Es evidente que esto hoy cuesta...

Algunos católicos comulgan pero no confiesan: "No tengo de qué confesarme". No me parece valido ni lo uno ni lo otro. Y en esto necesitamos seguir haciendo una catequesis continua. Las comunidades que han iniciado la catequesis de la penitencia semanalmente, teniendo la posibilidad de reconciliarse con algún sacerdote después, saben el bien que supone para sus vidas: estar en PAZ CON DIOS, CON EL PRÓJIMO Y CONTIGO MISMOS...

Porque lo diga quien lo diga el pecado es algo real en la persona humana. Y buscar la salud es de personas inteligentes y sabias: nos referimos no sólo a la salud del cuerpo, también del espíritu.

Puede ocurrir que el problema sea más serio, y este es un buen momento para reflexionar ante Dios y ante mi propia persona: es la perdida de la conciencia: contienda de que obro mal; conciencia que hay normas morales necesarias para la vida de la persona y de la sociedad. Si es así, el problema es más serio como estamos contemplando en la sociedad en la cual vivimos.

Conclusión: Este puede ser un buen momento para recordar al "Hijo pródigo": "me levantaré e iré".