Evangelio del día
Cuarta semana de Cuaresma

Del día 18 al 24 de Marzo de 2012

Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Introducción a la semana

Nota armoniosa para la devoción y la fiesta la que el lunes de esta semana se nos ofrece con la solemnidad de San José, esposo de María; siervo fiel y cumplidor que puso todo su corazón en custodiar a Jesús y su madre, como ahora lo pone en cuidar del pueblo de Dios que camina hacia la Pascua.

El tramo cuaresmal que corresponde a esta semana se abre con brío en el IV domingo. Duras palabras para denunciar las frivolidades y crímenes de los que se empeñaron en mancillar la casa y el pueblo del Señor y dieron pie al exilio babilónico. Frente al relato de infidelidad, Pablo y el evangelio de Juan nos hablan de un Dios que comparte la riqueza de su misericordia con los que, en su Hijo, ha salvado. Por Él somos peregrinos de la verdad, buscadores de la luz salvadora.

A renglón seguido, la Palabra no cesa de provocarnos. Así, el lunes, si no silenciamos el diapasón de nuestra sensibilidad creyente, escucharemos la prodigiosa melodía de que Dios lo hace todo nuevo y es manantial de alegría y vida, para quien busca su rostro, para quien cree en la palabra de su Hijo. La visión del profeta Ezequiel, el templo como fuente fecunda y regeneradora, antesala de la página evangélica de la piscina de Betesda. Isaías toma el relevo profético el miércoles para recordarnos que Dios tomó la iniciativa de aliarse con su pueblo, en un derroche de amor materno-paterno con todos nosotros, aspecto que se resalta con la entrega del Hijo del hombre que da vida a los que quiere.

La segunda parte de la semana pone ante nuestros ojos en el jueves evocaciones de infidelidades cuando el pueblo vivía su éxodo de salvación; pero Dios, a pesar de todo, no rompe su alianza; es mucho lo que Dios quiere a sus hijos. La palabra del viernes es un a modo de anticipación del remate de Jesús de Nazaret, la condena del justo, la cercanía de su ‘hora’. Similar argumento nos ofrece el sábado en la página de Jeremías, y cierra el evangelio con la tensa polémica en torno a la persona y palabras de quien jamás habló con tanto encanto de un Dios amor, al que cada uno de nosotros le duele demasiado como para dejarnos de su mano.

Quizá nosotros, pobres creyentes, no entendamos mucho de la Ley como la gente que oía las palabras de Jesús, pero, como ellos, sabemos quién es el que nos lleva a la alegría amorosa de la Pascua.

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana

Dom
18
Mar

IV Domingo de Cuaresma Ciclo B

“Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.”
Fr. Pedro Juan Alonso O.P.

Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil

Sáb
24
Mar

"Y surgió entre la gente una discordia por su causa"
Monasterio Sta. María la Real - MM. Dominicas