Evangelio del día
Undécima Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar

Introducción a la semana

En esta semana brilla con luz propia la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Que arrastra a la memoria obligatoria del Corazón de María.  Los demás días continúa Pablo en la primera lectura abriendo su corazón a la comunidad de Corinto. Escribe desde el corazón, desde el afecto. Por eso le duelen tanto los desvíos de conducta de los corintios, el que interpreten mal las decisiones tomadas por él, “tiene celos de ellos”, porque se desvían hacia otros predicadores que no presentan al auténtico Cristo.
Las lecturas evangélicas continúan con el gran Sermón de la  Montaña de san Mateo, que desarrolla la relación de unos con otros en los días previos, para el jueves proponernos como tenemos que dirigirnos a Dios, el Padrenuestro. El viernes será otro el evangelio que se lea, pero no está mal tener en cuenta la expresión que recoge el texto evangélico de la lectura continua, “donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Está claro que para Cristo nosotros somos su tesoro, por eso puso corazón –su afecto- en nosotros. Podemos decir que el corazón, los afectos, es lo que se despliega a lo largo de la semana. Con el momento supremo del viernes Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

Días de la semana