Dom
7
Feb
2016

Homilía V Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2015 - 2016 - (Ciclo C)

Dejándolo todo, le siguieron

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Aquí estoy, envíame

Las tres lecturas que se proclaman hoy en la Liturgia de la Palabra nos hablan de cómo actúa Dios cuando quiere dar una misión a un ser humano. Isaías en el templo ve la gloria de Dios, el tres veces Santo. Descubre su pequeñez y que es un hombre de labios impuros. No es digno de dar un mensaje en nombre de Dios. Pero cuando descubre que la fuerza de Dios, el “tizón encendido”, purifica sus labios, contesta lleno de confianza: “Aquí estoy, Señor, envíame”. Pablo, en la segunda lectura, explicita su fe en la resurrección e invita a los Corintios a descubrir lo que significa creer en Cristo Resucitado, según las Escritura y según el testimonio de Cefas, de los hermanos y de él mismo. Descubre a Cristo en el camino de Damasco como una experiencia personal, y desde entonces sabe de quien se ha fiado. Pedro descubre también su pequeñez al ver la pesca milagrosa, él que había estado “toda la noche bregando, pero en tu palabra lanzo las redes”. Con este “signo” se introdujo Jesús en el corazón de Pedro para transformarlo. Esto le capacita para que pueda ejercer su misión “ser pescador de hombres”

  • Dejándolo todo lo siguieron

Los tres, Isaías, Pablo, Pedro ante el “signo” que el Señor hace con ellos, descubren su indignidad, pero se fían de su palabra y “dejándolo todo” cumplen con su misión.

Con este relato de Lucas, iluminado también por Isaías y Pablo, se nos está invitando a los cristianos de todos los tiempos a la “misión”, a sentirnos enviados a pesar de nuestra limitaciones humanas (somos pecadores). Necesitamos hoy, más que nunca, ser una Iglesia, una comunidad “en salida”, para poder llegar a tantos hombres y mujeres que caminan por la vida sin ninguna esperanza. Los primeros cristianos no tenían medios y se encontraron con una cultura hostil y un ambiente lleno de dificultades, pero fiándose de Jesús se lanzaron por todo el mundo conocido y extendieron el evangelio por todo el Imperio Romano.

Nosotros, tal vez no queremos dejar nuestras redes y nuestras cosas y eso nos impide un verdadero seguimiento de Jesús. Nos da miedo todo (“hemos remado toda la noche y no conseguimos nada”), no nos fiamos de Jesús y no lanzamos las redes impulsados “por su palabra”.

  • Mensaje actual

Para ser miembros activos como creyentes comprometidos en la actualidad, no hace falta especial talento, ni cualidades brillantes, ni sobresalir por el prestigio. Nada de eso. Hace falta ser como aparece Pedro en el relato evangélico de hoy. Hemos de ser hombres y mujeres capaces de:

Fiarnos de Jesús. Esto no es nada fácil. A Pedro le costó creer, como avezado pescador, que en pleno día iban a poder pescar algo. ¿Cómo nos cuesta fiarnos de Dios? ¿Qué rebeldía nos nace ante ciertas situaciones que nosotros no dominamos y nos parecen una perfecta sin razón? Fiarse es necesario para seguir adelante.

Hacer autocrítica. Algo que está de moda decirlo, pero no hacerlo de verdad. Es importante como hizo Pedro reconocer “apártate de mí, que soy un pecador”. Esto es algo difícil de aceptar y confesar. ¿Por qué no lo hacemos nosotros? Nosotros que somos tan buenos, tan religiosos, tan generosos... ¿pecadores? Claro que pecadores. Impresiona cuando el Papa Francisco en repetidas ocasiones se declara pecador. Este es un sentimiento de lo más sano. Ayuda mucho a no juzgar, a comprender y, sobre todo, a comprenderse y a soportarse.

Darse a los demás. Hemos de vivir en función de…Pedro recibió la misión de ser “pescador de hombres”. Los otros serán para Pedro lo importante. Por ellos sufrirá, por ellos se alegrará. Los hombres serán, en adelante, la explicación de su vida. ¿Cuántos cristianos somos capaces de salir de nosotros mismos y de vivir para los demás? No “bogamos mar adentro” porque estamos muy ocupados en nuestras cosas y no tenemos tiempo para los otros. Nuestro “yo” es lo que más nos preocupa.

Estas tres cualidades del discípulo de Jesús nos tienen que ayudar a vivir nuestra fe de una manera más comprometida. Dejándolo todo, le siguieron”.