Dom
29
Mar
2020

Homilía V Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá... ¿Crees esto?

Introducción

El tiempo de Cuaresma, que ya va tocando a su fin, exige de nosotros una reflexión seria y profunda sobre la cuestión de la vida y de la muerte. “Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás” nos dijeron cuando lo iniciamos.  Cuanto más profundamente entramos en este período, cuanto más nos acercamos a la Semana Santa, tanto más intensamente debemos concentrarnos sobre este punto: el problema de la vida y de la muerte, en todos sus aspectos y en todas sus consecuencias.

Este domingo la liturgia nos pone de cara al problema para el que los humanos no tenemos solución: la muerte. Pero, por suerte, nos adelanta la respuesta: El que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá. (Jn 11,25)

En domingos anteriores Jesús se nos ha presentado como la mejor propuesta para el hombre herido por la sed, la insatisfacción y la ceguera. Él, en persona, es el agua que sacia nuestros deseos más profundos y la luz que ilumina nuestras noches. Ante la herida de la muerte y de la vida, hoy nos dirá: “Yo soy la resurrección y la vida. ¿Crees esto?”. (Jn 11, 26). Y su palabra no es afirmación dicha al aire, sino Palabra hecha vida.

Los tres momentos del itinerario de la fe -conversión, iluminación, comunión- quedan claramente destacados a través de estos tres domingos. La samaritana es, sobre todo, conversión; el ciego de nacimiento es iluminación; la resurrección de Lázaro destaca la vida nueva que nos viene de la comunión con el Señor muerto y resucitado.

El período de Cuaresma constituye un reto. A la luz del misterio pascual, al que nos acercamos, penetrando cada vez más profundamente en la meditación de la pasión y de la muerte de Cristo, es necesario que se despierte nuestra conciencia y asumamos la gran causa del valor de la vida y de la responsabilidad por la vidaque es, al mismo tiempo, la responsabilidad por el hombre hasta las raíces mismas de su existencia y de su vocación.