Dom
15
May
2011

Homilía IV Domingo de Pascua

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

El va llamando por el nombre

Introducción

Celebramos hoy la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones a la vida consagrada y al ministerio ordenado. En el evangelio de hoy, Jesús dirá de sí mismo que es “la puerta” que conduce a la vida verdadera. Podemos traducir vida verdadera por “vida completa, realizada”, esto no significa una vida sin sobresaltos ni tensiones. Jesús nos invita a entrar en el Reino de Dios, cada eucaristía es ya un anticipo del Reino y en ella podemos discernir qué hacer con nuestro tiempo, a qué dedicar las energías. En la tradición dominicana la vida consagrada no es nunca una opción para refugiarse de un mundo que se percibe hostil. Es la ocasión para profundizar en la bondad de lo creado, fortalecer la relación de amistad con el Creador y predicar la gracia que acontece con Jesucristo.

La vida consagrada no es una utopía sino un ideal que se encarna y compromete, que pasa por asumir las debilidades y oportunidades de la condición humana en cada uno tanto como en las relaciones humanas. Por eso las pautas para homilía de hoy pretenden colaborar en el proceso de búsqueda de cualquier discípulo que se siente llamado a dejarlo todo por Cristo y el Reino de Dios, a servir a sus hermanos en la comunión de la Iglesia siendo consciente de que su primera tarea pasa por vivir una conversión permanente al Resucitado. La imagen del lobo, la oveja y el pastor que se sugieren a continuación pretenden ayudar a quienes Cristo va llamando por su nombre, a vivir en la verdad para no claudicar en el seguimiento “al pastor y guardián de nuestras vidas”. ¿Escucharemos hoy su voz?