Dom
22
May
2011

Homilía V Domingo de Pascua

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida

Introducción

Es digno de destacar en la primera lectura cómo los Apóstoles son conscientes de su vocación. No quieren dedicarse a la administración de los bienes de la Comunidad, sino a la Oración y la Predicación. Y es también digno de destacar, si se quiere también, que se dedican no sólo a la Predicación, sino también a la Oración. Es que la garantía de la autenticidad en la Predicación es la Oración.

De la segunda lectura se deduce que los primitivos cristianos no tienen templos. Se sabe incluso que se burlan de los paganos porque tienen necesidad de templos. Ellos, los primitivos cristianos, se saben los templos vivos del Espíritu Santo, construidos no con piedras muertas, sino con piedras vivas, cada uno de ellos es una piedra viva, asentadas todas ellas sobre una piedra angular que es Jesucristo. Esta es la piedra que han desechado los arquitectos. Y por eso, para los arquitectos paganos, se ha convertido en piedra de tropezar y en piedra de estrellarse. Los fieles forman un sacerdocio sagrado y real para ofrecer víctimas espirituales. Conviene tener en cuenta que este sacerdocio de los fieles, basamentado en el carácter bautismal, es esencialmente distinto del sacerdocio jerárquico que brota de la Ordenación sacerdotal, recibida en la imposición de manos del Obispo. Los fieles ofrecen la misma víctima del altar con el sacerdote y a través de él.

Aunque las palabras del Evangelio fueron pronunciadas por Jesús antes de morir, las leemos en este 5º Domingo de Pascua de Resurrección porque en ellas habla de marcharse, de la Ascensión, una fiesta que vamos a celebrar dentro de dos domingos. Y comienza este Evangelio con las palabras: No perdáis la calma. Para comprender estas palabras hay que tener en cuenta lo que las ha precedido en el Evangelio de Juan: Jesús ha anunciado a los Apóstoles que le queda poco tiempo de estar con ellos, que se va a marchar, y que adonde él va, ellos, de momento, no le pueden seguir. Ellos han comenzado a inquietarse, a ponerse tristes.