Sáb
9
Jun
2012
Los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir

Primera lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 1-8

Querido hermano:
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír; y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas.
Pero tú sé sobrio en todo, soporta los padecimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio. Pues yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente.
He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

Salmo de hoy

Salmo 70, 8-9. 14-15ab. 16-17. 22 R/. Mi boca contará tu salvación, Señor

Llena estaba mi boca de tu alabanza
y de tu gloria, todo el día.
No me rechaces ahora en la vejez,
me van faltando las fuerzas, no me abandones. R/.

Yo, en cambio, seguiré esperando,
redoblaré tus alabanzas;
mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación. R/.

Contaré tus proezas, Señor mío;
narraré tu justicia, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

Yo te daré gracias, Dios mío,
con el arpa, por tu lealtad;
tocaré para ti la cítara,
Santo de Israel. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44

En aquel tiempo, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes, y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • He mantenido la fe

Esta lectura nos trae una buena carga de esperanza y alegría. Vemos a Pablo, ya anciano, volviendo sin dejar de hacer aquello a lo que ha dedicado su vida: Predicar el Evangelio. Todo su existir ha estado entregado a esta tarea y hoy nos comunica, nos comparte la alegría de haber encontrado a Cristo.

Pablo fue hombre responsable de la Palabra que le fue confiada, pues la hacía autentica. Conocemos muchas maneras de proclamar la Buena Noticia. Pablo lo hace con verdad, manteniéndose siempre firme y fiel ante la adversidad, ante la falsa doctrina y sus seducciones. Así se lo advierte Timoteo. Nos conmueven especialmente sus palabras de despedida e interpelan nuestro caminar, el camino que recorremos hacia Dios: “Combatir el combate y recorrer la carrera hacia la meta. He peleado la noble pelea, he terminado la carrera, he mantenido la fe”. El mensaje de Pablo en este día es, sin duda, que es por Dios por quien vale la pena seguir caminando, vivir haciendo el bien a los demás, predicado el Evangelio del Amor, fieles a aquel encuentro que tuvimos con Jesús. Fieles y firmes en la FE.

  • Dios hace grande lo pequeño

Las actitudes de los maestros de la Ley que le molestan a Jesús son, ante todo, la vanidad y la hipocresía. Son personas de corazón impuro, que no saben ni quieren entregarse a Dios aunque viven a su costa y a la del pueblo fiel. Su única preocupación es ser más que los otros y su amor está puesto en ellos mismos. Hasta podríamos decir que se sienten indispensables para la causa de Dios Nada más lejos de la realidad, les señalará Jesús a sus discípulos, al poner en medio a la pobre viuda. Persona de corazón puro que, con su gesto, concede a Dios toda la grandeza y soberanía que tiene ante el hombre. Ella, al contrario de los ricos del templo, manifiesta sin ser vista ni tomada en cuenta que ama a Dios y que le entrega su corazón, su vida entera expresado en todo lo material que tenía, en esas dos monedas.

De nuevo nos damos cuenta cómo Dios hace grande lo pequeño, enaltece al humilde fecunda lo estéril y es que Dios siente predilección por la nada, por lo que ni cuenta a los ojos vanidosos y orgullosos de los hombres. ¡Cuanta infelicidad! A Dios se le da lo que se necesita para que obre grandezas, se le da nuestra nada para que Él la convierta en Todo. “Recoger nuestra nada, presentarla ante Él, ofrecérsela con todo el corazón y dejar que descienda sobre ella su bendición y… multiplicación. La santidad se vuelve entonces cada vez más, como la nada del hombre repleta por completo de Dios.” A. Cecini.