Jue
2
Nov
2023
Que no tiemble vuestro corazón

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a. 6b-7

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe.
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.
Y oí una gran voz desde el trono que decía: «He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y el "Dios con ellos" será su Dios». Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor, porque lo primero ha desaparecido.
Y dijo el que está sentado en el trono: «Mira, hago nuevas todas las cosas. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente. El vencedor heredará esto: yo seré Dios para él, y él será para mí hijo».

Salmo de hoy

Salmo 24, 6. 7b. 17-18. 20-21 R/. A ti, Señor, levanto mi alma

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

Ensancha mi corazón oprimido
y sácame de mis tribulaciones.
Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados. R/.

Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 20-21

Hermanos:
Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 11, 17-27

Cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Betania distaba poco de Jerusalén: unos quince estadios; y muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María para darles el pésame por su hermano.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor

En la muerte experimentamos dolor, desconcierto, llanto por la ausencia, experimentamos el vacío que nos dejan los seres queridos que se nos han ido… y, no hay paz ni consuelo; pero en medio de esa desolación, que nos envenena, surge en nuestra “memoria” un rayo de luz: el Señor.

 Él es mi lote, mi herencia, Él es mi esperanza, Él es fiel, es misericordioso y compasivo. Es bueno buscarle a Él y esperar en silencio la salvación del Señor. Él es la imagen más clara, la memoria más viva, el sello imborrable de sabernos creados y sellados a imagen de Dios.

El ansia de vivir y amar que llevamos impresa en nuestro ser personas, encuentra en Él una respuesta que es: vida nueva, resurrección, esperanza cierta de salvación recibida en el bautismo. Él es el que, por el bautismo, hace posible que andemos en una vida nueva.

Con Él, atrévete a orar: desde lo hondo a Ti grito Señor, escucha mi voz… mi alma espera en Ti Señor, porque de Ti viene la misericordia; la redención copiosa.

Que no tiemble vuestro corazón, creed es Dios y creed en mi Dios

Hoy  recordamos a quienes caminaron con nosotros, nos acompañaron, nos dieron la vida. Por la palabra de Jesús, es memoria llena de esperanza:  que ante la muerte nos pide creed: en Dios, en Mí.

Creer es:

-aceptar a Dios como el Padre en quien tenemos nuestra morada

-admitir a Jesús como el camino seguro de acceso al Padre

-vivir en la vida nueva del Salvador

-recorrer el camino, que es Jesús. Recorrerlo en fraternidad para testimoniar esta verdad: Dios es nuestro      Padre

Ante la muerte; creer es crear un nuevo modo de vivir que quite injusticias, guerras, odios, venganzas, que quite la cultura de la muerte y cultive la vida, ayude a vivir a desheredados, empobrecidos y marginados;  haciendo de nuestra vida fraterna, fiesta y alegría porque creemos en la resurrección.

Ante la muerte; creer es vivir el misterio de la vida y la muerte desde la esperanza. Es celebrar la vida y al autor de la vida que en Cristo es camino, y vida nueva que ilumina el sentido de la vida presente y con su verdad  nos hace ver que nuestra existencia está llamada en Él a la plenitud; a la resurrección.

Ante la muerte; cree con fe viva que los “muertos”  duermen en la esperanza de la resurrección.

¿Te atreves a vivir con el estilo de Jesús como hijo de Dios para llegar con Él a la experiencia de que te espera la vida nueva de resucitado en los brazos del padre?