Evangelio del día
Cuarta Semana de Pascua

Del día 29 de Abril al 5 de Mayo de 2012

Nadie me quita la vida; yo la entrego libremente

Introducción a la semana

Sabroso menú el que nos presenta la mesa de la Palabra en esta cuarta etapa pascual. Como botón de muestra baste recordar que nuestra vida creyente pivota en el único nombre que salva, la piedra angular; nuestra vida creyente se justifica sobradamente por el amor que nos profesa nuestro Padre Dios hasta el punto de constituirnos hijos suyos (¡impresionante privilegio!), y quien personifica el amor de Dios hacia nosotros da su vida para nuestro favor.

Si bien esta semana viene salpicada por memorias de varios grandes creyentes, los Hechos de los Apóstoles nos proyectan como si fuera una película sobre las vicisitudes de la comunidad apostólica un ramillete de escenas más que atractivas: cómo justifica Pedro su conducta no por bautizar a gentiles, cuanto por hacerlo sin antes convertirlos en judíos mediante la circuncisión; el inicio de la iglesia de Antioquía, lugar en la que los discípulos fueron denominados cristianos por primera vez; la cruel noticia del arresto de algunos creyentes ordenado por Herodes quien ordenó pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan; la detención de Pedro, el comienzo de la asombrosa aventura de los viajes evangelizadores de Pablo con algunas muestras de su valiente predicación, el apunte que indica cómo los judíos rechazaron el mensaje de Pablo y Bernabé.

Las evangélicas páginas de la semana se apoyan en la alegoría del domingo, el Pastor bueno que se identifica con todas sus ovejas. Y junto a la imagen del pastor emerge también la de la puerta de indudable contenido cristológico, en la que aparece la unidad entre el Padre y Jesús de Nazaret, horizonte de luz que el evangelio de Juan nos traslada tras el lavatorio de los pies. Cierra la semana el discurso de despedida de Jesús, en el viernes y sábado de esta quinta semana pascual.

El escueto espacio de esta página sólo nos permite marcar fiestas litúrgicas, amén de la pascua, tan señeras como la de Catalina de Siena, la enamorada de Cristo y de la iglesia, Pío V, Atanasio, los apóstoles Felipe y Santiago, el predicador Vicente Ferrer, sin olvidar el día primero de mayo, memoria de que todos los derechos que disfrutamos o deseamos disfrutar, además de ser históricos, costaron en su momento sangre y vidas humanas. ¡Obligada gratitud a los pioneros y renovación de nuestro credo antropológico, el de los derechos humanos!

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana