Evangelio del día
Cuarta semana de Adviento

Del día 18 al 24 de Diciembre de 2016

Dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros

Introducción a la semana

Iniciada ya los últimos días de la semana anterior, la llamada Semana Mayor (17-24 diciembre) prosigue preparándonos para la celebración de la Navidad. Los textos de estos días combinan varios géneros literarios (profecía, historia, literatura sapiencial) para introducirnos en el misterio ya inminente de la venida del Salvador; siempre en sintonía con las lecturas evangélicas, que son las que marcan el itinerario litúrgico de esta última etapa del Adviento.

Así, el anuncio del ángel a María es la culminación de la profecía del Enmanuel (“Dios con nosotros”), que Isaías había proclamado ante un rey pesimista sobre el porvenir de su pueblo. Al visitar a Isabel, María se oye decir: “dichosa tú, porque has creído”, como un eco del gozo que expresaba ya la esposa del Cantar de los Cantares o que se le anunció a la Hija de Sión por la proximidad de su Esposo-Señor. En el júbilo agradecido del cántico de María resuena el de la estéril Ana por su hijo tan deseado, fruto de la plegaria y de la gracia. El nacimiento de Juan el Bautista responde a la promesa del mensajero que Dios había de enviar para preparar su venida hasta nosotros. Y finalmente, el cántico de Zacarías ante el nacimiento del Precursor confirma el cumplimiento de lo que Yahvé prometió a David: acompañar siempre a su descendencia como un padre a su hijo.

En consecuencia, los salmos responsoriales invitan a cantar un cántico nuevo por la llegada del Señor, iniciativa de misericordia que redime al ser humano de su pecado ancestral y llena de regocijo el corazón.

Los dominicos celebran el día 22 una fecha memorable: la de la aprobación de la Orden, en 1216, mediante la bula Religiosam vitam, del papa Honorio III. Con este motivo, se celebraba en ese día el Patrocinio de la Virgen sobre la Orden, que hace unos años se trasladó al día 8 de mayo.

 Archivo Evangelio del día

Archivo Evangelio del día

Días de la semana

Dom
18
Dic

IV Domingo de Adviento Ciclo A

“Dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros”
Fr. Jesús Mª Gallego Díez O.P.

Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía

La experiencia de Dios con nosotros solo la podemos descubrir en la intimidad del silencio, en la “oración”, donde nos vaciamos de nuestros afanes, inquietudes y ansias de dominio, para dar cabida a un niño que se presenta pobre y humilde

Lun
19
Dic

"Zacarías e Isabel eran justos ante Dios"
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez

Adviento: profundizar en la justicia evangélica, o sea, en la santidad y en el papel que el Espíritu tuvo en la Navidad histórica de Jesús y en el que puede seguir teniendo en nuestra preparación adventual hoy, aquí y ahora.

Mar
20
Dic

"Le pondrá por nombre Enmanuel, Dios con nosotros"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Dejemos que nazca en nosotros y se apodere de nuestro corazón, de nuestra inteligencia, de nuestros sentimientos… para que nuestro modo de amar, nuestro modo de pensar, nuestros sentimientos sean los de Él.

Mié
21
Dic

"Oíd que llega mi amado"
Fr. Jesús Duque O.P.

¡Bienaventurada María de Nazaret porque eres creyente, porque confías en Dios, porque la palabra de Dios es tu vida y tu fuerza!

Jue
22
Dic

"Proclama mi alma la grandeza del Señor"
D. Juan Jesús Pérez Marcos O.P.

María nos trae la esperanza y, también, el ánimo a querer mirar y ver, ayudar y defender, recoger las tristezas y llevar alegrías, escuchar y hablar…

Vie
23
Dic

"Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación"
Monjas Dominicas Contemplativas

La mano de nuestro Padre Dios está sobre cada uno para bendecirnos con sus dones, para levantarnos si caemos, para acariciarnos y consolarnos cuando nos faltan las fuerzas, para curarnos cuando estemos heridos, para transformarnos cotidianamente hasta que lleguemos a ser hijos en su querido Hijo.

Sáb
24
Dic

"Aquella noche vino la Palabra del Señor"
Hna. Carmen Román Martínez O.P.

La acción reveladora de Dios en los últimos tiempos es la exuberancia de su corazón misericordioso.