Evangelio del día
Vigésimo octava semana del Tiempo Ordinario

Del día 14 al 20 de Octubre de 2012

Que difícil va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios

Introducción a la semana

Nos acercamos a Jerusalén, según nos indica la guía de Marcos; estamos en Judea y no cesan de acercarse a Jesús interesados y curiosos de su mensaje y persona. A unos y a otros el mismo mensaje: para seguirle preciso es ir ligero de equipaje, porque lo que mejor podemos llevar en nuestra mochila es su Palabra (la que en su transparencia inunda los entresijos del corazón) y su Nombre, el único por el que somos salvos. Y vendrá a ser nuestra mejor opción como la sabiduría lo fue para Salomón. Sencillo ramillete de vida el que nos brinda este domingo para seguir a Jesús.

La semana viene tachonada de unos puntos de luz que son mujeres (Teresa de Ávila, entre otras) y hombres (Ignacio de Antioquía, Lucas evangelista) que merecen el mayor respeto en nuestra iglesia tan necesitada de estímulos fuertes. Porque si de fortaleza hablamos, Ignacio bien la acreditó en la persecución de Trajano y las siete cartas (siete declaraciones de amor libre al Dios de Jesús) que escribió a las diversas iglesias que estaban al paso. Lucas, el evangelista de la delicadeza de Dios, nos invita a levantar la cabeza para ver al bueno de Dios Padre que está asomado al balcón de la casa avizorando el horizonte por si sus hijos perdidos regresamos al hogar. Y Teresa de Jesús que tanto nos anima a ver a Dios en el habla y en el silencio, en la oración y en el camino, en la vida diaria y en nuestro interior.

Las lecturas de la semana continúan con fragmentos de la carta a los Gálatas (para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado) que se centran en que lo importante no es el signo externo de una pertenencia o no a una religión, sino la fe activa en la práctica del amor servicial. El jueves se abre la carta a los Efesios con el precioso cántico cristológico (elegidos en la persona de Cristo) y con tal argumento llegará hasta el sábado. Por su parte el evangelio de Lucas abre con el único signo válido para la comunidad cristiana: la conversión y la fe en Cristo. No pierde ocasión Jesús de recriminar a los fariseos su falsedad e hipocresía, al tiempo que con palabras de ternura nos anima a confiar en aquel que en cada momento pondrá en nuestra boca lo que tenemos que decir. ¡Precioso cheque en blanco que nos ofrece nuestro Maestro!

Fr. Jesús Duque O.P.

Fr. Jesús Duque O.P.
(1947-2019)

Días de la semana