Dom
7
Nov
2010

Homilía XXXII Domingo del Tiempo Ordinario

Año litúrgico 2009 - 2010 - (Ciclo C)

El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob

Introducción

El Dios de los cristianos no tiene nombre, pero sí que está ligado a muchos nombres a lo largo de la historia. En concreto está ligado a todos nuestros nombres, al nombre de todos los que vivieron, viven y vivirán, porque Dios no es un Dios de muertos sino de vivientes.

Dios da la vida como un regalo eterno. Su designio de que el hombre viva es para siempre y por ello estamos llamados a la vida eterna. Se juega su propia Gloria en ello. San Ireneo lo decía en un a frase magistral: “La gloria de Dios consiste en que el hombre viva, y la vida del hombre consiste en la visión de Dios”. La vida eterna no es un estado estático, sino la culminación de la historia de amor a la que el hombre es llamado y ha la que ha de responder. Porque Dios nos ha creado por amor no puede dejar de amarnos, y esta es nuestra mayor esperanza; esta es nuestra mayor confianza.