Dom
30
Jul
2017

Homilía XVII Domingo del Tiempo Ordinario

Año litúrgico 2016 - 2017 - (Ciclo A)

Te doy un corazón sabio e inteligente

Evangelio para niños

Parábolas del tesoro y de la perla - Mateo 13, 44-52


En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: - El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante de peralas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.......

Explicación

Un día Jesús nos dijo: El que cree en lo que digo es como aquel hombre que encontró un tesoro en un campo, y fue a vender todo lo que tenía para comprar el campo y hacerse con el tesoro. Porque el que cree en mí, al ver la felicidad que tendrá lo dejará todo por seguirme.


Te doy un corazón sabio e inteligente

Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )

Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

DÉCIMOSÉPTIMO DOMINGO: TIEMPO ORDINARIO -“A” (Mt. 13, 44-46)

NARRADOR: En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:

JESÚS: El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

DISCÍPULO1: Maestro, ¿el tesoro se lo encuentra por casualidad?


DISCÍPULO2: Eres un zoquete. Si lo encuentra, quiere decir que lo está buscando. Si uno no busca, no encuentra ¿entiendes?

JESÚS: El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

DISCÍPULO1: Quieres decirnos, ¿que el reino de Dios es el mayor de nuestros tesoros?

DISCÍPULO2: Veo que sigues sin enterarte. También nos quiere decir, que debemos hacer un gran esfuerzo para ponernos en relación con él.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández