Vie
2
Abr
2021

Homilía Viernes Santo

Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)

Está cumplido

Pautas para la homilía de hoy


Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

La Palabra de Dios nos sitúa hoy ante la Pasión según Isaías, con el Canto del Siervo de Yahvé; la entrega de Cristo-Sacerdote, de la carta a los Hebreos, y la Pasión de Jesucristo según S. Juan, donde la Cruz es revelación del Amor de Dios. Las tres lecturas nos dicen:” Me amó y se entregó por mí”.

Pasión de un Amor Crucificado

Tengo sed. Se ha cumplido. E inclinando la cabeza entregó el espíritu “. En Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo mismo y no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres. En la cruz se expresa la Pasión de Dios por la humanidad. Padre e Hijo se unen en un Amor Crucificado.  

a) El, cargando con la cruz salió hacia el Gólgota, sin más ayuda que su libertad y amor, y puesto entre dos crucificados, acogió así el sufrimiento de todos.         

b) Tengo sed. La sed de Jesús nos recuerda la necesidad de Dios. No sólo el hombre tiene sed de Dios, sino que Dios muestra en Jesús su sed del hombre.

c) Entregó totalmente la vida, y su Espíritu, como fuente de vida. Así, en la cruz, Jesús es glorificado entregando su Amor apasionado, como Libertad, Verdad, Solidaridad y Comunión.

Pasión por la libertad: La suya y la de los demás

¿A quién buscáis? “Yo soy”. Si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos. ¿La copa que me ha dado el Padre, no la voy a beber?

Jesús aparece afrontando su Pasión con libertad soberana. Yo doy la vida. Nadie me la quita; Jesús tiene conciencia de su misión, y ante ella demuestra una libertad asombrosa. El amor verdadero nace y da la libertad. Se deja atar por los soldados, para que dejen libres a los discípulos. Gracias a Él nosotros somos liberados de todas nuestras esclavitudes, internas y externas.

Pasión por la Verdad de Dios y del hombre

¿Tú eres rey? ¿Qué es la verdad? ” He aquí al Hombre”” Su reino se basa en la verdad. Todo el que es de la verdad escucha su voz.

Pilato presenta a Jesús como el “Hombre de la Verdad”, que no es una doctrina teórica, sino una gracia que transforma. El cristiano no es un guardián de la verdad, sino un testigo. Lo primero ante Dios es ser honestos. En el fondo de todo ser humano hay una búsqueda de verdad y difícilmente se construirá nada humano sobre la mentira. En el mensaje de Jesús hay una invitación a vivir en la verdad ante Dios, ante uno mismo y ante los demás.

Pasión al afrontar el “rechazo”

Negación de Pedro. Ante Anás: Si he faltado al hablar, muestra en qué, pero si no ¿por qué me pegas? Pilato lo mandó azotar. Salió fuera, llevando la corona de espinas. Los judíos gritaron. Crucifícalo. Y se lo entregó para que lo crucificaran.

En su Cruz Jesús ha asumido nuestra cruz y ha transformado un instrumento de dolor en un signo de amor. La cruz se ha transformado para los cristianos en signo de ese amor, El sufrimiento sigue siendo malo, pero precisamente por eso se convierte en la experiencia humana más realista y sólida para vivir las dos actitudes que Jesús vive en la cruz: la comunión total con el Padre y su amor solidario hacia el ser humano. El hombre tiene un valor tan grande para Dios que se hizo hombre para poder compadecer él mismo con el hombre. Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y el padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento, el consuelo del amor participado de Dios, y así aparece la estrella de la esperanza. (Benedicto XVI).

Pasión por la Iglesia

Juan y María. Las mujeres en pie ante Jesús

Junto a la cruz de Jesús aparece congregada simbólicamente la Iglesia, sobre todo en la persona de su Madre y en el discípulo a quien amaba. Al pie de la cruz nace la nueva familia de Jesús. El discípulo acoge a la Madre de Jesús como algo suyo. Al pie de la cruz, asistimos al nacimiento de la Iglesia. Somos una familia nacida del costado que nos amó hasta la muerte y muerte de cruz. Somos una familia corresponsable: Una familia que mira siempre a otros crucificados. Queremos ser una familia que trabaja por un reino del amor apasionado en la tierra.

Conclusión. Cristo doliente nos pregunta: ¿Cómo ayudar en el sufrimiento?

Este Dios crucificado por mí, no permite una fe egoísta. Más bien nos pone mirando al sufrimiento de tantos crucificados por las injusticias y las desgracias. Así es el Dios de los cristianos: un Dios débil que no tiene más poder que su amor.      

Quien sigue a Jesús crucificado acepta el sufrimiento como experiencia transformadora.  No busca el dolor, sino que lo soporta. No sólo soporta el dolor, sino que lo combate. No sólo combate el dolor, sino que lo trasforma. Que significa aceptarlo e integrarlo en el sentido global de la vida.  El hombre debe combatir el dolor por todos los medios. Pero no le ha sido dado el vencerlos definitivamente. Ni siquiera quien sigue el camino de Jesús y carga a diario sencillamente con su cruz está en condiciones de vencer y eliminar el dolor.

El cristiano sabe que la fe en Jesucristo la vive también como una Pasión paradójica: la del Sufrimiento y la del Amor. Siempre habrá sufrimiento, pero el amor le puede dar sentido, y puede convertirlo en entrega a Dios y a los demás.

Cristo: “Ayer estaba crucificado contigo, hoy soy glorificado. Ayer estaba muerto contigo, hoy estoy vivo. Ayer estaba sepultado, hoy he resucitado contigo. Recordemos a los enfermos, recordemos a todas las personas abandonadas bajo el peso de la cruz, a fin de que encuentren en la cruz la fuerza de la esperanza de la vida y del amor de Dios.