Lun
29
Mar
2021

Evangelio del día

Semana Santa

María, unge los pies de Jesús

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías 42, 1-7

Mirad a mi siervo,
a quien sostengo;
mi elegido,
en quien me complazco.

He puesto mi espíritu sobre él,
manifestará la justicia a las naciones.

No gritará, no clamará,
no voceará por las calles.

La caña cascada no la quebrará,
la mecha vacilante no la apagará.

Manifestará la justicia con verdad.

No vacilará ni se quebrará,
hasta implantar la justicia en el país.

En su ley esperan las islas.

Esto dice el Señor, Dios,
que crea y despliega los cielos,
consolidó la tierra con su vegetación,
da el respiro al pueblo que la habita
y el aliento a quienes caminan por ella:
«Yo, el Señor,
te he llamado en mi justicia,
te cogí de la mano, te formé
e hice de ti alianza de un pueblo
y luz de las naciones,
para que abras los ojos de los ciegos,
saques a los cautivos de la cárcel,
de la prisión a los que habitan en tinieblas».

Salmo de hoy

Salmo 26, 1. 2. 3. 13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen. R/.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 12, 1-11

Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».

Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.

Jesús dijo:
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Mirad a mi siervo, mi elegido

Abrimos, hoy, la última semana de cuaresma. Los evangelios nos harán revivir hora por hora, los últimos instantes de Jesús en nuestra historia, hasta el momento de su Resurrección. Para llegar a este acontecimiento es preciso vivir y contemplar antes al Siervo sufriente que se apresta a vivir su entrega definitiva.

Durante esta semana la liturgia nos ofrece la lectura de los cuatro “Cánticos del Siervo de Yahvé”, en el libro de Isaías. Hoy hemos escuchado el primero.

La primera lectura nos ofrece una de las más bellas profecías bíblicas, corresponde al primer cántico del siervo de Yahvé. En la tradición de la Iglesia se ha visto siempre a esta figura  del siervo como anuncio que corresponde a Jesús, a su vida y misión. Estas primeras palabras tienen el sentido de una designación; es decir, de una elección y de una presentación. Dios elige al Siervo y lo presenta a Israel y a las naciones.  Es el perfecto siervo de Dios.

El texto comienza con una llamada de atención por parte de Yahvé: ”mirad-contemplad”, tan válida y urgente, ayer y hoy. Nos invita a no distraernos, a que todos nuestros sentidos puedan captar todo el mensaje de  este Siervo.

Dejémonos contagiar por la profundidad expresada en Isaías y que vemos reflejada y autentificada  en muchos textos del NT. (Mt 3,16-17; 17,5 y otros)

¿Cuál es el mensaje que nos deja este siervo?

Seguidamente se enumera las  características del siervo y de su misión: “es mi elegido, a quien sostengo, en quien he  puesto mi espíritu, y, en quien me complazco.” “No gritará, no clamara, no voceará por las calle. La caña cascada no la quebrará., el pabilo vacilante no lo apagará…” Contrastan el comportamiento y el propósito del siervo con el comportamiento y los propósitos de  los líderes y poderosos de todos los tiempos. El siervo nunca usará la fuerza para imponerse.

El primer contraste es que el siervo no hará ninguna exhibición ostentosa para ganarse a la gente. No habrá trompeta que anuncie su llegada, y su obra no será espectacular ni grandilocuente, no codicia el poder.

Él trabaja  de una forma, y con un estilo, en el que el respeto y el cuidado de los marginados y los débiles estarán en primera línea: (la caña cascada y el pábilo vacilante del v.3) son metáforas para mostrarnos el cuidado, la misericordia y ternura de nuestro Dios.  De manera que nunca asumirá la violencia en su misión. Ésta, es traer «el derecho a las naciones ». Es, un orden social basado en la justicia que Dios aporta a los hombres, es casi como decir: la salvación-la redención. Lo que sorprende es la dimensión universal de ese proyecto de justicia, que ya en aquella época, abarcaría a todo el mundo. Ser “luz de las naciones”

Invitación renovada a nuestra iglesia, y a todos los que nos decimos y queremos ser seguidores de Jesús

María, unge los pies de Jesús

Estamos entrando en la semana de la pascua de Jesús. Hoy el Evangelio nos muestra cómo Jesús, perseguido por los judíos, va a Betania a la casa de sus amigos. Lázaro, Marta y María, ofrecen una cena al Maestro. Este banquete en casa de los tres amigos de Jesús se caracteriza por los presentimientos de la muerte inminente: los seis días antes de Pascua y otros muchos gestos que  Jn va narrando y llenando de significado para iluminar a su comunidad.

En este relato evangélico hay un gesto para con Jesús que no deja indiferente a nadie, incluso incomoda a alguno de los presentes. En contraste a la fuerza de la amistad y generosidad de María, aparecen  actitudes incapaces de abrirse al amor.

María de Betania, «tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos» (12, 3). El gesto de María es la expresión de fe y de amor grandes por el Señor: para ella no es suficiente lavar los pies del Maestro con agua, sino que los unge con una gran cantidad de perfume precioso y caro que se expande y contagia a los de casa.

Ella ofrece a Jesús cuanto tiene de mayor valor y lo hace con un gesto de profunda devoción. El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, es respuesta al amor infinito de Dios. Se pone a los pies de Jesús en humilde actitud de servicio.  María ha aprendido la regla de oro que Jesús ha ido enseñando a su comunidad de discípulos. Es la del amor que sabe servir hasta el don de la vida.

El gesto de María tiene diferentes lecturas, Jesús ha guardado silencio ante tanto amor, pero ante el reproche, juicio e intervención de Judas, toma la palabra en favor de este gesto de María, señalando el significado que tiene para ÉL: “¡Déjala! que lo guarde para el día de mi sepultura”, Jesús subraya lo que María acaba de hacer, Él piensa ya en su muerte…Todo está cerca y María anticipa con su gesto el ritual y cuidados que los judíos realizan al cadáver al colocarlo en la sepultura.

¿Con qué podemos ungir hoy los pies de Jesús? ¿Qué gestos y acciones podemos entregarle? Y a mi comunidad, ¿sé ofrecerle “algo” que aromatice toda la casa?