Dom
19
Ago
2012

Homilía XX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)

Yo soy el pan vivo bajado del cielo.

Introducción al Evangelio del día

La liturgia de este domingo permite que nos fijemos en la propuesta de Jesús, que es la preparación e invitación a compartir el banquete del cordero pascual. Este banquete sellará por completo la alianza que Dios estableció con su pueblo. Ahora ese pacto queda cumplido en Jesucristo y está abierto a toda la humanidad, sin ninguna excepción.

Compartir el cuerpo y sangre de Cristo es la verdadera Eucaristía y es el compendio de su entrega al plan de Dios, que conocemos como Reino de Dios. Este dato puede abrirnos a una dinámica nueva de vida, basada en la alegría de compartir junto a Cristo y los hermanos, nuestra condición de ser hijos de Dios.

La mesa de la Palabra y de la Comida, como signos específicos cristianos, y fuente de la fe que profesamos. La Palabra es fuente de revelación, es donde Dios se comunica con el hombre y es el inicio de una relación y una alianza. El pan y el vino son alimentos sencillos, imprescindibles, que van a tomar un significado más profundo en Jesús a través de su entrega para dar la vida al mundo, es un mensaje que está abierto a la humanidad.

Saber reconocer al Señor como fuente de vida y de alegría es identificar a un Dios que apuesta por la vida, por la alegría de vivir el encuentro con Jesucristo que es nuestro fundamento. Así nuestra fe hay que vivirla en clave celebrativa, con entusiasmo e ilusión. Pero no de forma ilusoria, pues en el caminar humano existen momentos alegres y otros que más bien son tristes, pero integrando todo tipo de vivencias en Dios, como garantía de cercanía y de entrega total.